Diariamente en promedio al policía de ambiente de Bogotá encuentra mínimo 7 especies silvestres viviendo como mascotas en diferentes residencias de la ciudad. Mensualmente se reciben voluntariamente un promedio de 200 animales entre reptiles, aves, anfibios, mamíferos y arañas.
Min Ambiente sostiene que debido a la naturaleza ilegal del negocio no se conocen aun cifras exactas de la cantidad de animales que son arrastrados de su hábitat a las ciudades con fines comerciales. La Dijin tampoco ofrece una cifra oficial pero asegura que el impacto de este tráfico debe ser medido más allá del impacto económico. “El tráfico de animales silvestres o la estadía de estas especies salvajes en cautiverio marcan una muerte segura de las especies ya que es casi imposible que con el nivel de estrés, depresión y soledad que presentan puedan reproducirse como lo hacen en su medio natural” dice Jaime Flores, veterinario que trabaja con especies silvestres en cautiverio.
Existen organizaciones como el Centro de Recepción y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CRRFS) que se encargan de cuidar los animales rescatados del mercado negro de las especies silvestres. “Se estima que por cada animal vivo que llega a las plazas de estos mercados, 10 se han recogido de su hábitat” asegura Camila Plata trabajadora del CRRFS. “El estrés causa un alto índice de muerte. Los métodos de cacería captura y transporte son crueles. Ser trasladados de su hábitat natural a otro representa un elevado índice de muerte. Son peligrosos cuando llegan a la etapa de madurez y otros son agresivos por naturaleza e instinto. Pueden trasmitir enfermedades zoonóticas, parasitarias entre los mismos animales y hacia el ser Humano. No se reproducen en cautiverio” dice un informe de APROFAC.
Después de los estupefacientes y las armas, el comercio ilegal de fauna y flora es la actividad ilícita que más dinero mueve en Colombia. Un informe de la Contraloría Nacional advierte que pese a los esfuerzos de las autoridades para evitar el tráfico ilegal de estas especies no tiene aún resultados significativos frente a la magnitud del problema.
Registros consignados en el Libro Rojo de la Unión Mundial para la Naturaleza aseguran que son 119 las especies colombianas amenazadas en peligro de extinción en gran parte por la extracción de los animales de su hábitat natural.
Diciembre y enero son meses en los que aumenta el tráfico de especies silvestres debido a que varios viajeros traen de sus destinos animales propios de otras tierras además de los comerciantes que aprovechan la cantidad de vehículos que se mueven en esta época para transportar los animales de un lado a otro.
“En esta bolsa mundial, en la que participan coleccionistas, la industria de la moda, la ciencia y las prácticas religiosas (fetichismo) se mueven más de US$22.000 millones al año, y Colombia tiene un protagonismo importante en ella” se plantea en el informe del Ministerio de Ambiente Estadísticas del uso ilegal de fauna silvestre en Colombia.