Las artes oscuras de Iván Chacón

Por: Eduardo Arturo Rodríguez Arenas

Iván Chacón es uno de los ilustradores de cómic con más proyección. Sus viñetas llenas de imaginación, con personajes a veces siniestros, a veces educativos, constituyen una obra sólida que no solo ha abierto un camino en el país, sino que también ha sido reconocida en el exterior.

Iván Chacón en su estudio

Al verlo se podría pensar que es un hombre oscuro, malhumorado e introvertido. Su pinta de metalero incrementa esa sensación de estar ante una persona ruda, incluso hostil, pero solo hace falta conversar con él durante unos minutos para que salga a la luz su gran sentido del humor y su calidez humana. Aun su voz se vuelve pura emoción cuando habla de las historias e historietas que lo inspiraron para convertirse en lo que es hoy.

En el estudio de su casa, señala una multitud de viñetas que le marcaron la vida y casi grita a todo pulmón lo que sus autores quisieron ex- presar, describe las imágenes y cuenta cómo aquellos dibujos marcaron su vida. Él, Iván Orlando Chacón Muñoz, es un reconocido ilustrador de cómics, cuyas obras —Puberman o Vein, entre otras— no solo han sido exitosas en el país, sino que ya se han abierto camino en el mundo.

Para Iván, el cómic parece ser la vida misma y eso se hace evidente en su casa, en el occidente de Bogotá, que parece una selva de libros y pinturas. Obras suyas como La última cena del rock —en la que figuras legendarias de la música, como Kurt Cobain, Joey Ramone, Axl Rose y Gene Simons, comparten un festín lúgubre que imita la obra de Leonardo da Vinci — o La teoría del terror —un dibujo en blanco y negro en el que decenas de criaturas siniestras, como Drácula, el Hombre Lobo y hasta el mismo Satanás comparten cuadro— se riegan por todas partes y se mezclan con otras piezas que está creando, con libros de anatomía, con acuarelas y lápices de colores y hasta con las obras de sus héroes del cómic, como Kentaro Miura, escritor del manga Berserk, o Mark Millar, escritor del cómic Jupiter’s Circle.

Las viñetas de Iván se caracterizan por su estilo oscuro vinculado al género del terror.

El trabajo de Iván ha estado presente en varios periódicos y revistas del país, también ha ilustrado varios libros infantiles y, además, su obra Puberman —publicada por Villegas Edito- res y en la que aborda temas de la adolescencia— ha sido uno de los cómics más exitosos del país y fue reconocida en el exterior con el premio Best Educational Children’s Book-Spanish or Bilingual, en el Latino Literacy Now, en Nueva York.

También es el creador de la editorial colombiana de cómics Mano de Obra, la cual busca publicar el trabajo de jóvenes artistas del país, para así lograr que la industria nacional crezca.

Directo Bogotá (DB): ¿Por qué escogió el camino del arte?

Iván Chacón (IC): Desde que tengo uso de razón, el arte ha sido parte de mí. Mientras en el kínder nos hacían dibujar cosas sencillas, como árboles o burros, yo dibujaba cosas muy complejas para los niños de mi edad. Recuerdo bien dibujar un cowboy sumamente detallado y con su caballo cuando nos enseñaban la letra “C”.

Acuarelas y lápices de colores se riegan por su espacio de trabajo.

DB: ¿Entonces siempre supo qué quería hacer?

IC: Más o menos. Si bien toda mi niñez cultivé mi amor al arte, en octavo grado, por un incidente que tuve, que llevaron a uno de los dos psicólogos del colegio. Y fue precisamente ese psicólogo el que me enseñó que mi forma de dibujar y pensar no era algo “del infierno”, como decían los profesores. Hablar con él y que me enseñara cosas que jamás había visto ni escuchado, como Black Sabbath [la legendaria banda de heavy metal] o Spawn [el popular y oscuro cómic creado en la década de los no- venta], me llevó a darme cuenta de que mi vida tenía que estar encaminada al arte y enfocada en las cosas oscuras.

DB: ¿Qué fue eso que lo metió en problemas?, ¿se trató de un dibujo o de un cómic?

IC: [Risas] Sí, fue mi primer cómic. La verdad, era algo muy bizarro, era una broma con amigos. El cómic se llamaba El Degollador, y se me ocurrió el día que compré un micropunta rojo y lo único que pude pensar fue “sangre” y empecé a experimentar en dibujos de mis compañeros de clase en diferentes situaciones, donde se enfrentaban a un asesino loco. Todos estos dibujos eran sumamente exagerados, era algo de risas, pero para las directivas de mi colegio era algo inaceptable.

DB: Nombró a Black Sabbath, y he visto que muchas de sus obras tienen que ver con el metal, ¿cómo ha influido este género musical en usted?

IC: Pocas cosas en mi vida han influido al nivel que el metal lo ha hecho. Desde que me empecé a involucrar en este mundo, no me he podido salir, la mayoría de mis obras se basan en este género. Aparte, toda la vida he vivido de eso, tuve un bar de metal industrial muchos años, incluso tuve mi propia banda de metal con unos amigos. Fue tanto el impacto de esa banda en mi vida, que uno de mis comics más importantes lleva su nombre.

Iván utiliza técnicas y herramientas que van desde lo manual hasta lo digital.

DB: ¿Cómo se llamaba esa banda?

IC: Vein, un nombre que transmitía mucha energía metalera y poder. Nos encantó desde que lo escuchamos. No puedo mentir que para el nombre me inspiré en el antihéroe Venom. Esa banda era algo épico: en el escenario, mientras mis amigos tocaban y hacían que la gente se emocionara, yo, que no tocaba ningún instrumento, me ubicaba al fondo y al ritmo de la música iba dibujando referentes al tema de la canción, sobre lienzos gigantes y solo con mis manos. Luego lanzaba esos lienzos al público o los donaba a alguna fundación. Muchas de las imágenes que plasmaba en medio de los conciertos se volvieron parte fundamental de mi vida en el mundo del cómic.

DB: Recuerdo con cariño un cómic suyo que leí mientras crecía, Puberman. ¿Cómo fue su creación?

IC: Increíble, fue una forma de empezar a plas- mar de manera más sólida el camino que ya venía recorriendo en el mundo del cómic. Lo hice junto con María Villegas y Jennie Kent, y fue muy divertido. Además, era algo muy necesario, porque la pubertad en los colegios, como en el que yo me gradué, es un tema tabú que genera conflicto en los jóvenes, y qué mejor manera de llegar a ellos que con una historia con tonos de superhéroes para, sutilmente, en- señarles así lo normal de esa etapa de la vida.

Chacón es apasionado por la figura humana y el desnudo.

DB: ¿En qué cómic siente que explotó de mejor manera su potencial?

IC: Sin dudarlo, Vein. En esa obra logré plas- mar muchas cosas que necesitaba para sentirme pleno con mi arte. Me sentí orgulloso de poder crear algo que tenga la categoría +18, aparte de que es sumamente divertido de dibujar.

DB: ¿En qué se inspiró para dibujar y crear el mundo de Vein?

IC: El cómic Vein no lo creé solo, es una obra mía y de André Didyme-Dôme, el guionista. Para el diseño del personaje nos inspiramos mucho en el hombre araña y en diseños de animes como Evangelion, sobre todo para lograr el cuerpo delgado y detallado que tiene nuestro protagonista. Con la tipografía buscamos algo del estilo de una banda de metal, aparte de poner referencia a los masones con el compás del arquitecto del universo; esto es para darle mayor misterio y simbolismo a la historia.

DB: Con André Didyme-Dôme, quien es también un conocido crítico de cine, ha trabajado en otros proyectos con Puberman ¿Cómo lo conoció y por qué formaron esa llave de trabajo?

IC: Mencioné que el psicólogo de mi colegio me presentó un mundo diferente, el cual me abrió un camino brillante para lo que soy hoy en día. Bueno, ese hombre es el que hoy en día me acompaña a la par para cumplir estos proyectos. André es una persona brillante y, en mi opinión, es quien más conoce de películas, música y cómics en el país.

En su apartamento, en el noroccidente de Bogotá, tiene su estudio donde crea sus piezas.

DB: ¿Qué historia le gustaría contar en un futuro cercano?

IC: En este momento estoy haciendo un nuevo cómic que se llama Dr. Gruber, y es una especie de Puberman, pero para adultos, en el que se narran y explican aspectos de salud mental, un tema que durante años la sociedad ha dejado de lado por completo. Muchas personas piensan que por el hecho de que uno es adulto no sufre, pero todos sabemos que eso no es verdad y no es así como funciona.

DB: ¿Cómo ve la industria del cómic en Colombia?

IC: ¿Cuál industria? En Colombia no existe nada como eso, apenas está medio viendo la luz. Siempre ha existido gente que ama los cómics y que ha buscado una manera de cumplir su sueño en este camino, pero en Colombia todo es al revés y esto no es diferente. La falta de oportunidades ha hecho morir los sueños de cientos de posibles artistas increíbles. Por eso con mi editorial, Mano de Obra, busco cambiar eso.

DB: ¿Cómo surgió la idea de crear Mano de Obra?

IC: A raíz que ninguna editorial convencional buscaría producto nacional para publicar cómics. Entonces pensé que si ellos no lo hacían, lo haría yo. Así se creé Mano de Obra, cuyo símbolo es una mano sosteniendo un martillo que representa una manera de salir de la opresión que el mundo del arte sufre día tras día. Con esta editorial publiqué el cómic del que tanto te he hablado, Vein, y la verdad siento que puede llegar a ayudar mucho.

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Es un proyecto de la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana, dedicado al periodismo digital, la producción audiovisual y las narrativas interactivas y transmedia