Andrea Franco // [email protected]
En un país lleno de ‘gente de bien’ como Colombia, donde hablar abiertamente de sexo puede llegar a ser peor que empuñar un arma y en donde “es preferible tener un hijo muerto que marica” (como se dice popularmente) existe una revista llamada Cartel Urbano que se ha atrevido a hablar del tema sin reservas, en su sección “Libre y Diverso”.
Cartel Urbano fue publicado por primera vez en 2005 y es considerado uno de los medios independientes con más trayectoria y reconocidos en todo el país. A nivel digital, ha publicado alrededor de 45.000 contenidos. Su línea editorial es alternativa, contracultural y le apuesta de manera importante a la resistencia. En su formato web, cuenta con siete secciones, entre estas “Libre y Diverso”, que se dedica a hablar principalmente sobre sexo, género y temas relacionados con la comunidad LGBTIQ. Esta sección ha ido cobrando importancia y rigor a lo largo de los años, pues sus temas se han vuelto cada vez más trascendentales y las voces de sus escritores se han hecho más fuertes y diversas.
En 2013, la primera publicación de “Libre y Diverso” fue un artículo titulado “El mejor sitio web para ver porno gratis”. Es un artículo llamativo porque busca hablar de algo que, por lo general, se concibe como prohibido o al menos como algo que no sería bien visto publicar en un medio de comunicación. Hace un balance interesante en el que compara estos sitios web con otros portales: “Según Extreme Tech, decenas de páginas porno hacen parte del ránking de los 500 sitios más frecuentados por los cibernautas.
Portales como YouPorn, Tube8, Xhamster o Pornhub tienen mucho más tráfico web que la CNN o ESPN. Google y Facebook son las únicas páginas que se reparten la torta de internet con la industria del sexo”. Además, presenta datos en los que ubica a Colombia en el tema y complementa el escrito con una ilustración colorida, explícita y llamativa. Esto demuestra que, con esta primera publicación, la revista quiso captar la atención de audiencias jóvenes que buscaban contenido diferente al tradicional.
Más adelante, salió un artículo llamado “¿Cómo prefiere la cuca?” donde se hace un tipo de encuesta en la que 13 personas respondieron la pregunta enfocándola hacia el tema de la depilación del vello púbico. Fue curioso observar que, de estas personas, ocho eran hombres y hacían declaraciones como “quiero sentir que me estoy comiendo una mujer y no una niñita”, que, a simple vista es una postura totalmente machista.
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Se le puede criticar al medio que no le dio un espacio importante a la opinión de la mujer, que es la realmente importante en un tema que le compete entera y únicamente a ella, su cuerpo. Sin embargo, días más tarde el artículo “Peludo, desbastado o calvo ¿cómo prefiere el pene?” se publicó y mostró la contraparte, la opinión femenina, mayoritariamente, frente al cuerpo del hombre. Esto puede dar un indicio de que Cartel Urbano lleva el tema mucho más allá del género y lo enfoca en lo que una persona quiere y le gusta dentro de su exploración sexual.
Nuevamente, por medio de estas publicaciones, busca romper el tabú que se tiene frente a estos temas. Además, usa un lenguaje simple y coloquial que hace que el lector se sienta relajado y fluya con el tema ya que existe una conexión con el escritor. Lo mismo ocurre en dos publicaciones similares: “Tres bogotanos de cacería a lo “Acapulco Shore” y “La putivuelta rola” tres bogotanas de cacería” donde se muestran dos versiones de la búsqueda de sexo casual en Bogotá.
Durante mucho más tiempo se hicieron muchas publicaciones que hablan de sexo de diferentes maneras, pero puede llegar a tornarse monótono ya que en algunas de ellas no pasaba de datos curiosos y las opiniones no se hacían muy explícitas dentro de ellas.
Sin embargo, con el tiempo, la línea argumental de la sección se fue haciendo mucho más fuerte y se involucraron publicaciones en las que se hablaban de personas que viven del sexo (trabajadoras sexuales, modelos webcam y un miembro de la única corporación BDSM (Bondage, disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo) en Colombia. En estas entregas hablan de sus sueños, aspiraciones y proyectos de vida en los que se puede ver su profesión desde una perspectiva diferente y agradable.
Por otro lado, se empieza a hablar de sexo a través de otros campos como la literatura y el cine. Varios artículos muestran el trabajo de actores en películas referentes al tema o dan una muestra de libros donde se cuentan experiencias propias que han girado en torno a la vida sexual.
En los últimos años, se le ha dado protagonismo total a la comunidad LGBTIQ+. Publicaciones como “¿Por qué fui a la marcha LGBTI?” y “Género sin límites: imágenes de una geografía sexual moderna” son fotorreportajes donde se visibiliza de manera especial a los miembros de la comunidad.
Por otro lado, se puede apreciar que en las primeras publicaciones de la sección se le reconocían los créditos a “redacción Cartel Urbano”. Hoy en día, ya se pueden ver trabajos periodísticos más consolidados con un autor que investigó, reporteó y entrevistó para realizar una nota completa y enfocada. Es importante también ver voces que resuenan como la de Mateo Gutiérrez León, el estudiante de la Universidad Nacional que estuvo preso injustamente ya que lo acusaban de terrorista.
Gutiérrez escribió la crónica “Tres mujeres trans en prisión: una mirada interseccional” donde hace alusión a la posición y la situación que tienen en una cárcel tres personas que se salen de las reglas binarias impuestas por la sociedad. Este tipo de escritos son aquellos que dejan ver de manera más clara el aporte que la revista está haciendo frente a unas minorías.
“Libre y Diverso” es una sección que ha ido creciendo poco a poco; su fuerza dentro de la revista Cartel Urbano es innegable y busca seguir atrayendo más personas. Tiene una posición política clara y por medio del activismo da voz a quienes han sido ignorados y silenciados por culpa de un tabú que se ha tenido en la sociedad por muchos años. Aborda el tema del sexo desde muchas perspectivas y genera un vínculo con sus lectores por su manera de presentar la información. La sección puede ser un buen ejemplo de cómo tratar algo natural que por años nos han dicho que está mal. Por esta razón, deberíamos seguir hablando de sexo y de sexos.
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