Días 4 y 5: Poemas, vulnerabilidad y revolución. Reflexiones del yo en la FILBo 2019

Fernando Camilo Garzón

De las hijas de la revolución al padre de la novela histórica. De Betina González a Ángelo Nestore, cientos de autores han reflexionado en la FILBo 2019 sobre la figura del yo, como individuo, y su factor diferencial en la escritura.

Desde los alrededores ya se intuía que iba a haber más gente que los otros días. En las calles aledañas a Corferias, hogar de la FILBo 2019, los carros empezaban a amontonarse y las filas de los parqueaderos ya empezaba a no dar abasto. Es bien sabido, por los bogotanos, que los fines de semana son los mejores días de la feria, o eso parece dictar la cantidad de gente que se encuentra en las calles y los pabellones del recinto.

Cada año la Feria del libro de Bogotá recibe más participantes. De 2017 a 2018, se pasó de 474.471 visitantes residentes a 496.385. Y sumando participantes internacionales y no residentes, se lograron cifras record para la FILBo con un total de 575.000 asistentes, 25.000 más que el año pasado y un registro de crecimiento del 4,5%.

Así, este año, los organizadores del evento han decidido que el país invitado, además de Colombia y sus 200 años de independencia, sea cada uno de los asistentes de la FILBo 2019. Léete es la consigna de la feria este año y más allá de apelar al asistente como participante activo de su propia lectura, también ha querido plantearles a los autores como se leen, como sienten y como escriben. Desde su sensibilidad, su experiencia y su vida.

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La vulnerabilidad, fuente inagotable de la escritura.

FOTO: De izquierda a derecha. Antonio Ortuño, Carolina Sanín, Humberto Ballesteros y Betina González

La escena es de piratas. Dos barcos navegan por el Mar Caribe. Del mástil de uno de los barcos va la enamorada y en el otro navío va su amor a rescatarla. El hombre observa como los otros piratas han torturado casi hasta la muerte a la mujer de su vida y él, entregado al llanto, decide emprender su ataque. ¿Cómo escribir esta escena sin jamás haberla sentido? Betina Gonzáles hizo referencia a que precisamente Fitzgerald, el novelista estadounidense, decía que la emoción debe ser algo vivido, todo se puede imaginar, pero es imposible inventar la emoción.

Conversaciones sobre la vulnerabilidad fue el espacio que reunió a tres autores con especial apego a los afectos y las emociones. Escritores que han elegido la vulnerabilidad para construir sus relatos y literatura. La mesa la moderó Betina González, argentina y autora del libro las poseídas, y la conformaron el mexicano Antonio Ortuño (El buscador de cabezas), y los colombianos Carolina Sanín (Somos luces abismales) y Humberto Ballesteros (Diario a bordo de un niño astronauta).

FOTO: Carolina Sanín firma un libro después de la conferencia

“Escribimos para poner afuera lo que está adentro. Se debe admirar a quien escribe porque expone su vulnerabilidad ante otro, es alguien que revela su yo ante otro que es el lector” dijo Carolina Sanín ante la pregunta de la vulnerabilidad en su escritura. Asumir la debilidad humana para poder escribir y expresar nuestras flaquezas, fue una de las conclusiones de la charla. Ballesteros expresó que él espera que su literatura sea siempre vulnerable y que los fantasmas que lo obsesionan puedan obsérvalo tal cuál como es, un poco en sintonía con Ortuño que dijo que es a través de la escritura es que tenemos la posibilidad de mirar y de desarrollar otras sensibilidades.

El hombre que no puede parir su hija al mundo

Un niño en la ducha encoje su cuerpo, esconde el pene y le pregunta a su madre, mamá ¿quién soy? “Ángelo Nestore entiende la poesía como lo que es, un acto político. Sin usar el discurso Actos impuros, es una obra transgresora y entrañable. Pocas veces me sorprendo con algo nuevo en la poesía, pero de vez en cuando surge un Ángelo Nestore para refrescar el género” expresó Piedad Bonnett en el conversatorio Formas de lo femenino y lo masculino que contó con la presencia de Nestore, poeta ganador del Premio Hiperión 2017.

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Nestore nació en Italia, pero vive desde hace años en Málaga (España). Es un personaje que se está cuestionando la identidad de lo femenino y lo masculino todo el tiempo. Es profesor y en sus clases siempre usa el femenino genérico. Le ha pasado ya varias veces que, al finalizar el curso, son las mismas niñas las que se acercan y dicen que los chicos se sienten incomodos cuando están ellos y Ángelo se refiere a todos como todas. “¿Las mujeres se han aguantado durante siglos y tus compañeros no se pueden aguantar cuatro horas?”, les responde Nestore.

FOTO: Ángelo Nestore leyó sus poemas junto a Piedad Bonnett

Piedad Bonnett ensayista, poeta y escritora colombiana, y Ángelo Nestore son dos polos opuestos separados por el tiempo, la época y los años. Eso se entendió después de que Bonnett le replicara al poeta italiano que no podía estar de acuerdo con el “todas en vez del todos”, si en el espacio había hombres. Nestore respondió que él lo entendía y que él no pretendía cambiar el lenguaje, pero si quería pensarlo desde otras perspectivas. Son luchas que él siempre ha dado, desde pequeño cuando su padre le exigía ser un macho, hasta hoy cuando a través de su poesía le escribe a la niña que quisiera dar a luz, pero que su cuerpo no le permite y que solo las letras, y la imaginación, le dejan soñar con la niña que saldría de su vientre.

Los jóvenes creen que la historia no es con ellos

Desde que era niño, Edward Rutherfurd, padre de la novela histórica, fue un devorador de libros. Una vez, cuando era pequeño, le dio una gripa tan terrible que lo postró en la cama. Su madre le dio un libro y sin proponérselo y antes de volver a la escuela, el infante se había leído once libros en cuestión de días.

FOTO: Rutherfurd tuvo una charla muy cercana con los asistentes

Rutherfurd ha escrito ocho novelas de literatura histórica. “Mis libros son gigantes. Para escribirlos tengo que hacer toda una obra arquitectónica”. El novelista británico estuvo presente en la FILBo 2019 y explicó cada uno de los pasos que él realiza para escribir sus historias “mi editorial siempre me quiere matar porque tengo seis proyectos en la cabeza y solo sé que tengo que escribir alguna de ellas porque los personajes se salen solos, prácticamente cando la novela ya quiere ser escrita”.

El autor piensa que la historia es necesaria y el género literario de la novela histórica también. Necesitamos algo físico para sentir, dice el autor y recuerda la escultura de arcilla que su hija le hizo un día, no era una gran obra de arte, pero para el novelista es uno de sus más grandes tesoros. “Los jóvenes hoy en día creen que la historia no tiene nada que ver con ellos, que es algo que se cuenta en el pasado, pero la historia comienza desde hoy y va hacia atrás, por eso, es una lástima que occidente la historia no se enseñe como se hacía antes, porque todos estamos perdiendo interés en la historia y es algo realmente importante”.

Las hijas de la postrevolución

Distanciadas de la revolución en tiempo, época e ideología, la venezolana Karina Sainz Burgo, la cubana Wendy Guerra y la francesa Laurence Debray, hija del filósofo Regis Debray y la antropóloga Elizabeth Burgos, sostuvieron una conversación sobre los traumas y mitos de las revoluciones en la historia.

FOTO: Además de las tres escritoras, la charla fue moderada por Mabel Lara

“Era difícil para mí tener unos padres consagrados a cambiar al mundo que habían olvidado por completo a su familia” aseguró la historiadora francesa autora del libro Hija de revolucionarios. La triada de autoras criadas bajo gobiernos revolucionarios, como las autodenominó la novelista Wendy Guerra, son hijas de la postrevolución, un término que acuñó la autora cubana.

Son hijas de gobiernos que ya hicieron la revolución, paridas en un contexto dónde ya no valía la rebelión e insertas en unas dinámicas que intentan subsistir los embates de la políticas en Latinoamérica y en el mundo.

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