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[Opinión] Disney me dejó ciego

Por: Nicolás Silva Gómez // Periodismo de opinión


La primera década del siglo XXI ha sido una batalla constante por los derechos LGBT en todo el planeta. Muchas personas han luchado para que el derecho a amar y expresarse no sea causante de discriminación o agresión. Mientras esto ocurría, yo me encontraba escuchando Hannah Montana en mi cuarto. ¿Por qué nunca oímos en nuestra infancia las peleas que en algún momento vamos a tener que agradecer?

FOTO: Elenco de Zapping Zone en Disney Channel | Latino

Mi infancia se podría resumir en un apellido: Disney. Cuando llegaba de la escuela, me sentaba frente al televisor y me relajaba, ya que estaba cansado de aprender la geografía de mi país (nunca me la aprendí). Siempre, a las cinco y media de la tarde, empezaba en Disney Channel mi programa favorito: Zapping Zone, en el que veía a dos mexicanos hablar de sitcoms infantiles que se producían en California mientras la cámara se movía sin control.


Recuerdo muy bien que la parrilla de programación del Zapping Zone consistía en tres programas: Es Tan Raven, Zack y Cody: Gemelos en Acción y Hannah Montana. En los intermedios de estos, había concursos donde los espectadores podían participar para ganar mercancía alusiva a los programas que transmitían; yo, como un loco, intentaba llamar, pero siempre sonaba ocupado. ¡Qué rabia! Siempre quise una lonchera de la Hannah.


Una vez se terminaba el Zapping, empezaba El Maravilloso Mundo de Disney en el que mostraban alguna película vieja o films que no tenían la potencia de llevarse a la gran pantalla. Ahí conocí a High School Musical. Me obsesioné con la película hasta el punto que ingresé al equipo de básquet de primaria, solo por ser como Troy Bolton. En mi mundo todo era perfecto, tenía a Hannah y a Sharpay. Sin embargo, ¿qué estaba pasando en ese momento con el sector LGBT?

FOTO: It Gets Better Colombia (Colectivo LGBTI)

En 2006 se estaba terminando una disputa por los derechos patrimoniales para parejas del mismo sexo, ya que, antes de esa fecha en Colombia, las uniones LGBT no podían tener la opción de construir un patrimonio conjunto. Incluso era negada la pensión de sobreviviente a la persona que aún vivía y no era reconocida como unión marital . Aunque este tema no debería ser del conocimiento de un niño de ocho años, tampoco era una opinión que circulará por mi hogar.

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Durante este periodo, nunca escuché a mi familia hablar sobre la igualdad de derechos para personas diversas, tal vez porque no nos afectaba. Vivíamos en una burbuja en la que no nos interesaba saber de ello. Sin embargo, pa