Me he pasado la vida detrás de una cámara, detrás de ella como si no quisieran verme. Ahora que me dedico a enseñar con ella en una mochila, he querido pasar al frente a plasmar lo que pude haber sido, o lo que fui.
Mi generación de fotógrafos quería hacer fotos como Henry Cartier Bresson, sacarles todo el color al blanco y negro y, con paciencia, componer escenas en las que un ciudadano cruzara por el lugar exacto. Era mágico presentir una fotografía porque ella va a suceder de la manera como se pensó; solo hay que esperarla y en ese instante no dejarla pasar porque nunca volverá. El gran Cartier Bresson decía: “Tú no tomas una fotografía, la creas”.
A continuación dos galerías de imágenes tomadas por estudiantes de Fotoperiodismo inspiradas en el padre de la fotografía:
Los años van dejando momentos y ninguno va ser igual a otro, pero hay instantes en que esos momentos se quedan para siempre en el corazón. Tantas imágenes guardadas en blanco y negro, allí está la esencia de ver un mundo diferente. El que está detrás de la cámara se escuda en ver a través de una ventana porque allí el mundo es especial, es la propia ventana que compone una escena que nunca se detiene.
¿Qué tan difícil es hacer hoy una fotografía en blanco y negro si ya el mundo está pensado en color?
Quizás la respuesta reside en recordar las imágenes del gran fotógrafo francés y allí está resuelta una parte. Por eso, cuando se camina por la Javeriana, quizás se pueda encontrar esas formas y ver a algunos estudiantes de fotoperiodismo buscando a Henry Cartier Bresson, esperando a que uno de ellos pase por el lugar indicado, a la hora de la luz y en el “momento decisivo”.
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