Bogotá históricamente ha recibido personas de distintos orígenes, aunque las condiciones que la ciudad impone no son fáciles. Quienes se esfuerzan, logran adaptarse y consiguen que su talento sea recompensado. Este es el caso de Jcob.
Jacob (artísticamente conocido como Jcob) llegó a Bogotá hace 4 años. Lo hizo persiguiendo la difícil hazaña de convertirse en cantante. Junto con dos amigos, llegaron a esta fría y alta ciudad para ‘pegar’ en el mundo de la música urbana. Sin embargo, la persona que aseguró los iba a lanzar al estrellato resultó siendo un estafador.
—Nos estafó como se le dio la gana, nos puso a cantar casi un año y no nos pagó un solo show. Ya estábamos acá y no teníamos pa’ donde coger, ni plata ni nada. Fue entonces cuando conocí a una chica, me enamoré y me quedé. —Dice el cantante recordando sus inicios en Bogotá.
Él se define como un rolo venezolano, es originario de la capital de su país, la cual a diferencia de la nuestra, es más cálida no solo por su clima sino también por su gente. Al principio el frío le costó, pero los 2600 metros sobre el nivel del mar todavía más. —Al principio no podía respirar y me pegó, pero apenas llegué a Bogotá me amañé. —Asegura.
Ha trabajado la voz por su cuenta, se considera un músico empírico y autodidacta. Su inspiración la encontró no en algún familiar, algún amigo o profesor, sino en una canción de Luis Miguel llamada El día que me quieras. Sebastián, un músico colombiano que conoció hace dos años cantando en Transmilenio, es quien le ayuda actualmente a seguir formándose en esta área.
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Jacob es un cantante que se adapta al son que le pongan, su registro abarca desde ritmos tropicales, urbanos, hasta las baladas, la salsa, en los cuales se siente más cómodo. Es más, uno de sus retos como cantante es interpretar Esta Ausencia, de David Bisbal. Aún no la ha podido cantar, pero dice amarla y practicar para conseguirlo algún día.
La música también le permite explorar. Cuando canta con Sebastián y se aburren de las mismas canciones de siempre, les gusta hacer combinaciones donde mezclan dos canciones en una. Su última creación de este tipo, es una mezcla de Robarte un beso de Carlos Vives con Sebastián Yatra y Le hace falta un beso de Alejandro González.
Jcob recibe normalmente aplausos que, más que ser el resultado de una mera cortesía, son el fruto del reconocimiento de un factor distintivo en él. Hay quienes le toman del brazo y le felicitan por su talento y hay otros que le alientan a seguir esforzándose pues ven potencial en él.
Sin embargo, el trabajo Transmilenio no es suficiente para los gastos y por esta razón solo va en las mañanas. Por las tardes labora como barbero a domicilio y ocasionalmente va a cantar a bares y clubes. El mundo del arte al que aspira es complicado, pero con su talento y fuerte personalidad ha logrado, con sus propias manos, construir su propia carrera.
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