Por María José Sánchez Nieto // Noticia
La Trocha es una empresa cervecera fundada por desmovilizados de las FARC en el marco de su reincorporación. Con sede en Bogotá, y también conocida como “La casa de la paz”, la propuesta es vista —tanto por sus trabajadores como por quienes difunden y compran sus productos— como un espacio de reconciliación, perdón y segundas oportunidades.
La Trocha, creada en 2020 por los excombatientes Alexánder Monroy y Doris Suárez, es un proyecto de cerveza artesanal tipo Ale Porter, con 5. 5% de alcohol, ubicado en la capital del país. Hoy en día cuenta con nueve trabajadores: los dos líderes del proyecto, cuatro de sus familiares y tres domiciliarios, además de una gran variedad de productos y mucha clientela. La empresa ha crecido tanto en solo un año desde su creación que ha llegado incluso a otras ciudades, como Medellín, Cali, Bucaramanga y Pasto, entre otras.
En entrevista con Directo Bogotá, Doris Suárez explica el nacimiento del proyecto, sus dificultades y sus planes a futuro.
Directo Bogotá [DB]: ¿Por qué decidieron hacer cervezas artesanales al iniciar el proyecto?
Doris Suárez [D. S.]: El proyecto de La Trocha nace en 2020, aproximadamente hace un año y medio. En ese momento éramos cuatro socios, todos excombatientes. Inicialmente, pensamos en hacer jabones o escobas. No teníamos muy claro qué queríamos hacer, solo sabíamos que queríamos que fuera algo artesanal y colectivo. Estábamos trabajando con unas personas del Centro de Investigación para la Participación y Democracia (CIPADE), y una de ellas conocía a unos compañeros de Ubaté que son cerveceros artesanales. Ellos trabajan en una empresa que se llama La Popular, y nos ofrecieron la posibilidad de ir a aprender a hacer cerveza artesanal. No lo dudamos: nos sentamos a hablar del tema solamente una vez y tomamos la decisión de hacerlo.
DB: En entrevista con otros medios, han mencionado que la Universidad Nacional ha apoyado la creación de La Trocha. ¿Cómo consiguieron ese impulso?
D. S.: Fue por medio de unas capacitaciones, unos cursos de aceites esenciales. En ese curso conocimos a varios profesores de la Universidad Nacional, entre ellos a la profesora Yolanda Quiñones. En esos cursos estábamos varios excombatientes, incluidos Alexánder Monroy y yo, que iniciamos La Trocha. Ahí nace el contacto con la Universidad: les informamos que queríamos hacer cerveza y el apoyo de los profesores fue del 100 %, no solo en la parte técnica sino también en la parte humana. Nos asesoraron en todo: desde la redacción del proyecto hasta la creación del nombre.
La Trocha nace de algo que se llama el Laboratorio de Paz: con un grupo de estudiantes y profesores nos sentamos e hicimos lluvia de ideas, y de ahí sale el nombre; todo con el apoyo de la Universidad Nacional. Luego hicimos las catas para sacar el estilo de cerveza que tenemos, y en ese proceso el profesor Camilo Rivera fue una ficha fundamental. Él es egresado de la Nacional: es químico y maestro cervecero. Hemos tenido siempre el apoyo del equipo de la Nacional; incluso hace poco hicimos un ejercicio de memoria con la Universidad, en el que recordamos todo el proceso de creación desde que empezamos con ellos.
La Trocha es un proyecto de cerveza artesanal fundado por excombatientes de las FARC. Cortesía: La Trocha
DB: ¿Cómo fue ese primer proceso de creación y distribución de la cerveza?
D. S.: Sacamos un primer lote, y, ya con el nombre que elegimos, nosotros mismos diseñamos la etiqueta. Después fuimos y nos presentamos a varios establecimientos buenos de Bogotá. Ellos nos abrieron las puertas inmediatamente, y ese lote lo comercializamos como en tres o cuatro establecimientos. La respuesta fue positiva inmediatamente; además, tuvimos mucha difusión a través de las redes sociales. La gente fue muy buena, muy receptiva: las personas querían probarla y saber quiénes éramos.
DB: ¿Han percibido buenos ingresos a partir de la creación de la empresa?
D. S.: Iniciamos el proyecto en enero de 2020, con recursos del Fondo para la Consolidación de la Paz. En febrero de 2020, hicimos el primer bache cumpliendo con todos los requisitos del Invima y BPM. Pero en marzo del mismo año fue la declaratoria de la pandemia, que afectó especialmente a bares y restaurantes, nuestros aliados comerciales por excelencia. Por lo tanto, solo hemos estado tratando de posicionar la marca con ventas a domicilio. Como es lógico, no tenemos muchas utilidades; hemos tenido que acudir a préstamos de amigos y familiares para poder cumplir con nuestras obligaciones comerciales.
DB: En redes sociales han publicado que ya llegaron a ciudades como Bucaramanga, Cali, Neiva, Medellín, Bogotá, Pasto y Manizales. Algunas de estas ciudades están dentro de los departamentos en los que predominó el “no” en el plebiscito. ¿Creen que esto afecta en algo la venta de cerveza en dichos territorios?
D. S.: La mayoría del pueblo colombiano apoya la implementación del Acuerdo; son escasos los comentarios negativos que nos envían por las redes. Lo que más afecta nuestra comercialización en otras ciudades son los costos de transporte y la recesión económica por la pandemia y por falta de empleo en el país.
DB: Inicialmente, decidieron crear una cerveza tipo Ale Porter. ¿Tienen planes a futuro que incluyan otro tipo de cervezas o productos?
D. S.: Nosotros ahorita estamos haciendo también mercancía. Vendemos camisetas, vasos, llaveros y cosas relacionadas con la marca. Muy pronto estaremos hablando del lanzamiento de un nuevo estilo de cerveza, y tenemos pensado más adelante hacer otros estilos. Nosotros vendemos la Ale Porter, que sale con el Invima y con la planta cervecera Tomahawk. Pero en una microplanta que tenemos aquí, en “La casa de la paz”, también hacemos una producción más pequeña en la que sacamos muchos estilos: cervezas tipo Amber y cervezas rubias, pero que son para el consumo de la casa en barril y dispensador. Aún no hemos decidido si la nueva cerveza será rubia o roja, eso lo definiremos cuando hagamos el ejercicio de las catas con maestros cerveceros.
DB: ¿Qué tan positivo creen que ha sido crear La Trocha para su reintegración a la vida civil?
D. S.: La Trocha es una prueba fehaciente de nuestro compromiso con la implementación del Acuerdo de Paz y con las redes de apoyo con las que contamos en la sociedad civil, además de las instituciones que nos apoyan, como la Universidad Nacional. Sin ellos, este proyecto no sería posible.
A pesar de las dificultades por la pandemia y por ser el primer año de producción, La Trocha ha sido una empresa que ha crecido bastante. En gran parte, el éxito se debe a su difusión en redes sociales. Con más de 10 000 seguidores, los excombatientes han podido sacar adelante el proyecto inicial. Hoy en día venden a diario una gran cantidad de cervezas artesanales y otros productos, todos bajo el lema: “Tomando el camino de la paz”.
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