El trabajo informal y la lucha contra el virus de la indiferencia

Por: Karla Bello // Periodismo Digital

Los estratos 1 y 2 de nuestro país se vieron gravemente afectados por el confinamiento, producto de la covid-19. Hicimos un recorrido por algunos de los sectores más vulnerables de trabajo informal de la capital, y esto fue lo que encontramos.

En el ámbito informativo de la pandemia se le ha dado mucha importancia a las estrepitosas cifras de empresas, multinacionales, grupo económicos, etc. Sin embargo, en este reportaje daremos a conocer las cifras que conciernen a las personas de menos recursos; esas que, aunque quizá no perdieron millones —porque antes de la pandemia sencillamente no los tenían—, sí perdieron su empleo y, con él, la esperanza de salir adelante. Esta emergencia sanitaria nacional resulta ser un obstáculo más en el crecimiento que estos individuos esperan tener algún día.

Escuche este audio para conocer las cifras y los casos de personas que se han quedado sin empleo. También la cantidad de trabajadores de calle o informales de Bogotá que no tuvieron respuesta o ayuda del Gobierno tras todas las medidas y decretos adoptados.

Esta crisis implica mucho más que solo un virus, y, por consiguiente, la supervivencia de los estratos más bajos del país se suma a sus tantas otras luchas, que siempre son constantes por diversas razones. Tener que salir a la calle en medio de un confinamiento que empezó en marzo para así garantizar las condiciones mínimas de vida que requiere una familia en Colombia fue, por 5 meses, el método de subsistencia de estas personas.Desde el primer día de la pandemia ha ido sin falta todos los días a este, su lugar de trabajo y el único ingreso que tiene, pues no recibió ninguna ayuda de parte del gobierno.Vive solo en el sur de Bogotá, no tiene dinero para comer ni para sus necesidades básicas, dice que su familia está en esta zona, pues son quienes le brindan desde un café hasta un almuerzo.Luchito, parece cualquier cosa menos el acostumbrado cuidador de carros que se ve en las calles de Bogotá, causa sensación por su vestimenta y su actitud, lo único que en medio esta pandemia le dejó al menos para transportarse a este lugar.

En Colombia, más de la mitad de la población económicamente activa es informal y, por lo tanto, no entran en la lista de los beneficiarios de los subsidios y ayudas del Gobierno. La razón es simple: no pertenecen a un régimen de seguridad social. Aun con el reciente término del confinamiento en el país, sigue existiendo la incertidumbre de cómo pagar el arriendo, las deudas o el mercado, entre otros gastos básicos. La economía se está reactivando, y todavía hay empresas, universidades y colegios que mantienen a los miembros de su comunidad vía trabajo remoto. No obstante, muchos lugares han tenido que dejar sin empleo a trabajadores informales que suelen dedicar sus días a cuidar carros, lustrar zapatos y vender en esquinas o semáforos. Y sobre todo se ven afectadas las personas en condición de calle que viven de la caridad.

Conozca en esta infografía un día de trabajo de Sandrita, una empleada de servicios generales de una empresa. Ella debe dedicar todo su día a estas labores y, adicionalmente, viajar por más de dos horas diarias para ir de su casa a su trabajo (y viceversa).

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