“El arrecife está condenado a morir”

Por Daniela López Orozco

El buzo profesional y biólogo marino Sebastián Charria habló a propósito de la inminente amenaza que se acerca a las costas del Caribe colombiano, el SCTLD, una agresiva y devastadora enfermedad que pone en peligro el ecosistema.

La isla de San Andrés alberga alrededor de 51 corales escleractínios, en los cuales habitan 427 especies marinas. Es uno de los ecosistemas más importantes para el país. Foto: Phanor Montoya Maya / Corales de Paz. 

En el 2014 se descubrieron por primera vez los rastros de una enfermedad degenerativa, altamente contagiosa y agresiva en los corales de las costas de Florida, Estados Unidos, llamada Stony Coral Tissue Loss Disease (SCTLD). Se sabe que la enfermedad afecta diversas especies de corales, se transmite a través del agua y el contacto directo, su dispersión es muy rápida y viaja aproximadamente 50 metros diarios. Desde entonces se ha esparcido por el gran Caribe, golpeó en gran parte las Bahamas y bajó hacia México, siendo en este momento uno de los ecosistemas más deteriorados por la enfermedad.

Se estima que desde el 2020 la enfermedad llegó a la isla de San Andrés, pero no fue hasta este año que los expertos empezaron a notar su presencia en las colonias coralinas que rodean el archipiélago. Sebastián Charria, buzo profesional y biólogo marino, fue una de las primeras personas en encontrar evidencias de que el SCTLD está perjudicando el arrecife de la isla y prontamente podría acabar con él.

Charria habló con Directo Bogotá sobre cómo la enfermedad es un problema nacional que debe ser tratado con prontitud, haciendo énfasis en la gravedad del asunto, que podría acabar con el arrecife por completo y en el proceso erradicar más de 400 especies marinas.  El biólogo comentó que las alertas están empezando a sonar y varias ONG fundaciones y parques nacionales han comenzado a gestionar proyectos para intentar contener el SCTLD. “Esta es una guerra muy difícil de ganar, estamos frente a una situación crítica (…). Vamos a perder los corales, causando la pérdida del arrecife. No sé si se pueda solucionar, es una enfermedad muy agresiva y curando coral por coral es poco probable”.

Todavía no se sabe con certeza qué medidas tomará el Gobierno, pero se espera una reunión esta semana con expertos, como Arne Britton y Valeria Pizarro, para discutir el tema. El Ministerio de Ambiente está trabajando en un plan de acción y Coralina, la Corporación para el Desarrollo del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, está gestionando recursos para la implementación de un proyecto con expertos.

¿Cuál fue su primer acercamiento con el SCTLD?

En el 2020 llegó el huracán Eta a San Andrés, que destruyó gran parte de los corales en la isla. Fue una catástrofe medioambiental sumamente grave; esto contribuyó a la distribución de la enfermedad. Pasaron los años y en 2022, durante una exploración de rutina me acerqué a una colonia de corales llamada Montastraea cavernosa, en la que vi una mancha blanca inusual. Era un lunar blanco muy extraño que nunca había visto, en ese momento pensé que por la temperatura del agua en la época podría ser un blanqueamiento (algo completamente normal en cada segundo semestre del año), pero lo dudé. Tomé un video y lo analicé con colegas, corroborando que en efecto se trataba del SCTLD.

¿Cómo fue el proceso para alertar a las autoridades competentes sobre su descubrimiento? Después de analizar el video con más detenimiento, entramos al agua y recolectamos más evidencia. En ese momento teníamos muchas dudas porque era algo muy nuevo, pero decidimos mandarlo a la especialista en SCTLD en Colombia, la doctora Valeria Pizarro. Una vez supimos con certeza que se trataba de la enfermedad, hice un video que difundí en redes sociales, tratando de alertar a la comunidad. Efectivamente ya teníamos un problema y una enfermedad grave en el archipiélago. Adicionalmente reporté el caso en la organización AGRRA (Atlantic and Gulf Rapid Reef Assessment), para que en el mapa se señalara a San Andrés como un punto rojo por la enfermedad.

¿Cómo llegaría a afectar el SCTLD a la población marina a largo plazo?

Puedo hablar de lo que pasará a mediano plazo, que es preocupante. Básicamente empezará a matar todos los corales importantes, los que llamamos escleractinios madreporarios. Son los corales grandes que tienen un peso ecosistémico fuerte sobre el arrecife. Estamos hablando de que esta enfermedad mata colonias en un lapso temporal de dos a tres meses y la muerte de los corales condena el arrecife. El arrecife está condenado a morir.

¿Qué papel tenemos los humanos en el desarrollo de esta enfermedad en los corales?

En realidad tenemos mucho que ver con esta enfermedad. Los investigadores pudieron establecer que la enfermedad se originó debido a dos hipótesis. La primera son las aguas de lastre, las aguas que van en los barcos para generar un peso y que el barco pueda navegar. Esas aguas fueron vertidas en ciertos muelles y su dispersión género el desarrollo del SCTLD.  La segunda dice que, probablemente, dragaron el lecho marino en Florida y sacaron algo que estaba oculto y salió a flote. Realmente la más acertada es la primera hipótesis. Lo importante es saber que esta enfermedad surgió por un mal manejo de las aguas residuales y se esparció por todo el Caribe. Ahora tenemos esta terrible enfermedad que nos amenaza.

¿Cuánto cuesta tratar la enfermedad?

Estamos trabajando con lo que tenemos, pero en realidad para hacerle frente a la enfermedad se necesitan antibióticos y unas bases que son supremamente costosas. Estos elementos son producidos en los Estados Unidos. Estamos hablando de una amoxicilina trihidrato y una base 2B. Una colonia de un tamaño promedio, un metro de diámetro, se puede estar gastando tres dólares. Un arrecife conformado por colonias puede llegar a medir una longitud de 2.300 kilómetros. Esto significa que, en teoría, se necesitan 6’900.000 dólares para salvar un solo arrecife. 

¿En sus 20 años como biólogo marino y buzo ha visto algo parecido?

Nunca había visto algo parecido. Es una enfermedad que mata las colonias extremadamente rápido y lo más cercano que teníamos en el archipiélago era el blanqueamiento (los corales se estresan por el alza en las temperaturas del agua y pierden sus algas). Esto también mata los corales, pero todo depende del cambio en las temperaturas, es mucho más manejable y menos dañino que el SCTLD. 

¿Cómo se tratan este tipo de enfermedades?

El método se descubrió en Estados Unidos. Lo que dio mejor resultado fue la mezcla del antibiótico (amoxicilina trihidrato) con la base (2B). Al aplicar el antídoto hay una probabilidad de sobrevivencia del 85% para las colonias. La mezcla se aplica directamente sobre el coral, entre el tejido vivo y el muerto. Aparentemente esa franja que se forma hace que la enfermedad pare, no la cura del todo, pero sí la frena. Esto es porque la enfermedad es como un virus y puede ser recurrente sobre un mismo coral, puede reincidir y seguir matando la colonia. También hay otro proyecto que usa probióticos, parece ser que no son tan costosos y son igual de efectivos. En este caso se toma una muestra del tejido del coral, se manda al laboratorio y se produce el probiótico para posteriormente introducirlo en el medio. Es muchísimo más viable que el método principal, pero toma tiempo y es un riesgo para el coral que está en una carrera contra el tiempo.

¿Qué medidas está tomando el gobierno colombiano frente a la problemática?

El cinco y seis de diciembre se dará una mesa técnica institucional, en la que se pretende discutir las acciones estratégicas para entender y combatir la enfermedad de pérdida de tejido de coral en Colombia. Los invitados principales serán el Ministerio de Ambiente, CORALINA e INVEMAR (Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras).

Por fin el gobierno colombiano está empezando a hacer algo, este tipo de convocatorias son las que necesitamos.

¿Cree que este es un problema que se puede solucionar a largo plazo?

Esta es una guerra muy difícil de ganar, estamos frente a una situación crítica. Es un problema de carácter nacional. Vamos a perder los corales, causando la pérdida del arrecife. No sé si se pueda solucionar, es una enfermedad muy agresiva y curando coral por coral es poco probable. Tendríamos una luz al final del túnel si nos enfocamos en el proyecto de probióticos. Realmente es difícil saberlo, estamos frente a una situación muy crítica y no veo un panorama muy positivo.

¿Cuáles son sus recomendaciones para los turistas y qué medidas de prevención pueden tomar para no agravar el problema?

Desafortunadamente las personas somos vectores de contaminación. Cada vez que entramos al agua, para cursos de buceo o recorridos, incrementa la probabilidad de contaminación. Yo recomendaría que las escuelas de buceo procuren desinfectar sus equipos antes de ingresarlos al agua, así se baja la probabilidad de dispersar la enfermedad. Si entramos en una zona infectada lo mejor sería tener una flotabilidad perfecta, me refiero a procurar no rozar o tocar corales infectados con el equipo o las manos. 

Fundamentalmente debemos dispersar esta información y hacer que la gente del común entienda esta situación para crear mayor conciencia. Hoy en día, gracias a las redes sociales se puede difundir todo más rápido y creo que esa es una gran herramienta útil. La idea es viralizar esta información, que la gente entienda lo que está pasando y el peligro en el que estamos. 

DIRECTOBOGOTA.COM

Es un proyecto de la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana, dedicado al periodismo digital, la producción audiovisual y las narrativas interactivas y transmedia