¿Quién quiere paseo millonario?
Un martes cualquiera, a las 7:30 de la noche, pedí un taxi por teléfono para ir al parque de la 93, sin apuntar la placa. Iba a subirme confiada en la “seguridad” de pedir el servicio de transporte, pero me dio por echar un vistazo al asiento del copiloto, y de repente tuve la sensación de estar metida en la historia de Satanás, la película colombiana basada en la novela de Mario Mendoza, en la que una mujer es violada en un taxi por un hombre camuflado en la parte delantera. Frente a mis ojos esa escena empezaba a volverse realidad: había un hombre escondido en el asiento delantero y tuve la suerte de percatarme antes de entrar al vehículo.
Esta experiencia habla del estado de inseguridad al que estamos sometidos los habitantes de Bogotá, expuestos aunque tomemos precauciones. Según una encuesta del 2009 realizada por el DANE y Planeación Nacional, la capital es la segunda ciudad del país más afectada por la modalidad del “paseo millonario”, con una incidencia del 86,33%; por otro lado, según el último informe de la Cámara de Comercio (octubre de 2010), la percepción de inseguridad aumentó de 59% a 63%, y el número de personas que han sido víctimas de algún delito creció un 9%.
Sin desconocer las medidas de seguridad que se están adoptando en la capital (instalación de cámaras, refuerzo del pie de fuerza, verificación de placas con el celular), nunca hay tranquilidad completa, pues los delincuentes son ingeniosos para burlar la ley. Satanás ronda por toda Bogotá.
Nour Milla Lopera