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[Revista Impresa] Literatura en viñetas: las infinitas posibilidades de la novela gráfica
Texto por: Laura Vélez Hernández // Revista impresa
Fotos: Archivo particular
La novela gráfica abarca un sinfín de posibilidades para explorar y entender la literatura de otra manera. A través de la unión entre la ilustración y la palabra, crea nuevas experiencias para contar y leer el mundo.
Todo entra, todo cabe, todo se vale y todo se puede. La novela gráfica permite un sinfín de posibilidades. Es un lenguaje en sí misma; es tan versátil como la gama de colores que vemos, y aquellos que aún no sabemos que existen; es un universo capaz de (re)crearse.
Este género literario —considerado vanguardista y nativo del siglo XXI— toma características del cómic y de la novela tradicional, para contar una historia única. Es infinitamente diverso y flexible; permite variedad de temas, estilos e ideas. No tiene una estructura específica porque no la necesita. En la novela gráfica se explora el mundo, y se crean otros nuevos, a través de la armonía entre el dibujo y la narración.
Para Henry Díaz, historietista bogotano y coautor de varias novelas gráficas como Memoriaz y Recetario de sabores lejanos, la lectura de este género es muy distinta de la lectura en prosa. Esta última, según él, depende de las descripciones para imaginarse todo, “pero al leer un cómic, el desarrollo de la imaginación aumenta, pues veo el mundo con una elipsis entre viñeta y viñeta, y soy yo quien tiene que completar ese mundo’’, comenta.
Lo cautivador del proceso literario de las novelas gráficas radica en ese elemento secreto: el diálogo constante entre el autor y el lector. Se trata de una charla que no termina, en la que el lector se convierte también en cocreador de la obra al rellenar los espacios entre ilustraciones y texto con el producto de su mente, motivado por los horizontes creativos que propone el formato.
“Es un espacio para renegociar el trato con el lector. Él tiene que repensar un montón de cosas, y uno, como creador y como editor, tiene que estar también en ese proceso de renegociación”, afirma Pablo Guerra, literato, guionista y editor de Cohete Cómics. Pablo ha trabajado con Henry en varios proyectos, como Caminos condenados y Dos Aldos. Además, han dirigido y dictado juntos el taller de escritura creativa de novela gráfica del Instituto Distrital de Artes de Bogotá (Idartes).
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