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“Mi sueño es ganar un mundial con Colombia”: Diego Corredor
Por: Thiago Mateo Lucero Moncayo // Noticia
El estratega boyacense habló sobre sus inicios en el fútbol profesional, su presente en el Deportivo Pasto y sus metas para el futuro.
El primer partido de Diego Andrés Corredor Hurtado como director del Deportivo Pasto fue contra una de las escuadras más grandes de la historia del fútbol colombiano: Millonarios. El estratega del conjunto “embajador” era, ni más ni menos, Alberto Gamero, quien llegaba a la ciudad de Bogotá después de varias temporadas exitosas en el Deportes Tolima.
Fue una noche fría y lluviosa la que arrugó y asustó a los corazones más esperanzados. Sin embargo, Corredor, siempre confiado y contagiando de tranquilidad a sus dirigidos, mantuvo su aplomo y demostró que estaba hecho para grandes cosas. Esta fue la primera victoria de una temporada llena de alegrías para los pastusos, pues el equipo clasificó entre los ocho mejores clubes colombianos de la Liga BetPlay en el segundo semestre de 2020.
Como jugador, Corredor Hurtado pasó por el Tolima, Atlético Huila y Patriotas Boyacá, club en el que finalizó su trayectoria como futbolista profesional. Inmediatamente se quitó el uniforme y se puso el traje de Director Técnico (DT), y estuvo a cargo de las divisiones menores del Patriotas, para luego ascender a asistente técnico del primer equipo. Finalmente comandó al equipo tunjano: dirigió diez encuentros, de los que ganó 6, empató 3 y perdió 1.
Con excelentes resultados, y después de varios estudios en el exterior, volvió a la capital de Boyacá en 2016 para ser el timonel, hasta 2019. Su mayor logro fue llevar al equipo a la Copa Sudamericana, donde vencería al Everton (Brasil) y caería ante Corinthians (Brasil), en una temporada que llenó de alegría a los hinchas patriotas.
Nacido en 1981 en el departamento de Boyacá, es uno de los entrenadores colombianos que están dando un vuelco al fútbol profesional en el país. Con solo 39 años, ya ha tenido a su cargo dos equipos profesionales: Patriotas y Pasto. A inicios de 2020 decidió aceptar la oferta del Deportivo Pasto, a pesar de que tenía otras opciones. Corredor dijo a Directo Bogotá que el motivo de su decisión fue que “quería un equipo para competencia internacional y que no estuviera comprometido por el descenso en el rentado local”.
Directo Bogotá [DB]: Su familia es muy futbolera, ¿no?
Diego Corredor [D. C.]: Yo nací en una familia de 11 tíos y 2 tías, y fui criado en una finca en Soracá (Boyacá). Ellos armaban los partidos, y ahí íbamos todos los primos a jugar los fines de semana. El fruto de la pasión y el amor por este deporte es que mi hermano [Iván Corredor] y yo llegamos a jugar fútbol profesional.
DB: Ya que viene de la tierra de los mejores ciclistas colombianos, ¿nunca tuvo ganas de dedicarse a este deporte?
D. C.: Monté bicicleta, pero como un niño que le gusta estar en el barrio. Aunque Serafín Bernal, presidente del Club Boyacá y muy reconocido en el mundo de la bicicleta, le decía a mi papá que yo debería dedicarme a eso porque era muy flaco. Sin embargo, en ese momento yo ya estaba en la Selección Boyacá y mi sueño era jugar fútbol, por lo que dije que no al profe Bernal, pero la opción sí estuvo presente.
DB: Ganó el amor por la pelota…
D. C.: Sí. Junto con mi hermano queríamos ser porteros, y mi padre nos compró toda la indumentaria; yo le hacía tiros a él, y él, a mí. Hoy, gracias a Dios, jugamos fútbol y estamos dedicados al mundo del deporte.
DB: De los clubes por los que pasó, ¿cuál lo acercó más a la idea de juego que tiene actualmente?
D. C.: Con todos los entrenadores que tuve, el trabajo fue similar: táctico, zonal, con transiciones. Aprendí demasiado de mi papá el fútbol defensivo. En la Selección Boyacá —al no tener el biotipo de los del Valle, Antioquia o Atlántico— nos tocaba apelar a defendernos. Pasé al fútbol profesional, y todos los directores técnicos tenían la misma idea de la importancia del orden, las basculaciones y las coberturas.
El ataque lo dejaban para la habilidad que tenían los extremos o los delanteros goleadores. En ese entonces era casi imposible que un defensa central saliera jugando. La filosofía que tengo hoy nace de la investigación: me gustó mucho lo que hizo “Pep” Guardiola en el Barcelona y empecé a implementarlo en las diferentes categorías.
DB: En su modo de entender este deporte, se ve bastante la influencia europea. Específicamente el caso del “diez”...
D. C.: En la Selección Boyacá yo era volante diez. Desafortunadamente, por esa idea que teníamos de que las dos líneas de cuatro defendieran, mientras el diez y el delantero esperaban la pelota, terminamos haciéndole un daño. Ahora todo es diferente: todos saben jugar, controlar, hacer un pase entre líneas y creo que “el 10” tiene que evolucionar, aportar más al equipo en la fase defensiva. Con uno de los jugadores que se dé el lujo de estar caminando dentro del terreno, se estarían concediendo demasiadas ventajas al rival. Al talento nato hay que imprimirle un poco de berraquera y disciplina táctica.
DB: ¿Por qué aceptó el proyecto del Deportivo Pasto?
D. C.: Yo hablé con los directivos acerca de la nómina, de todo lo que necesitábamos para formar un grupo competitivo, y aceptaron mis ideas. Hoy estamos viendo los resultados de un buen trabajo. Esperamos llegar lejos.
DB: ¿Tenía otras ofertas?
D. C.: Me llamaron algunos equipos para pelear descenso, pero yo estaba buscando dirigir un equipo que compitiera en un torneo internacional.
DB: ¿Qué fue lo que más le gustó de la gente en Pasto?
D. C.: Me gustó el compromiso que tienen las personas con su equipo, las ganas de volver a una final. Querían la revancha con Junior por el campeonato que se les escapó en penaltis.