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Así vuelven el cine y la televisión a la normalidad
Por: Ana María Buitrago Santacruz // Periodismo cultural
El sector cultural recibió un golpe muy bajo con la paralización de las actividades por la pandemia durante 2020. Sin embargo, en una búsqueda de reactivación, la esfera cinematográfica y televisiva ha buscado formas de adaptarse. ¿Cómo le ha ido?
Más de 500.000 colombianos que trabajaban en el sector audiovisual de cine y televisión se vieron afectados por la pandemia. Un año después, a las puertas de la pospandemia, el sector ha adaptado sus protocolos de trabajo para no parar definitivamente y se esfuerza por volver a funcionar y llamar la atención de los consumidores.
No ocurre lo mismo con el negocio en las salas de cine rodeado de interrogantes: ¿Volverá a haber una normalidad en la que el cine se consuma de manera presencial? ¿La virtualidad se volverá el nuevo estándar? ¿Cómo se puede motivar a la gente a salir de la conveniencia de sus casas?
En 2020 el sector audiovisual detuvo sus actividades inmediatamente, dejando a la mitad proyectos en producción y alargando fechas de estrenos. Diego Chaela, guionista para RCN, fue uno de los afectados porque el proyecto Enfermeras, del que hacia parte, se encontraba en creación y rodaje constante. “No se podía grabar más, pero los escritores seguimos creando los capítulos para, eventualmente grabarlos”, cuenta. A pesar de la incertidumbre siempre se mantuvo la esperanza de que en algún momento se iba a volver a las actividades culturales normales.
Durante el segundo semestre de 2020 se retomaron las actividades de rodajes audiovisuales, tanto de cine como de televisión, con todas las precauciones posibles y muy paulatinamente. El fundador de la productora independiente Rama Films, Raúl Rojas, explica que hay un control riguroso de COVID-19 en el que la producción “ahora debe contemplar gastos de pruebas rápidas para todo el personal que se reúna en la locación esté seguro”, además de todo el material de bioseguridad y desinfección.
Una dificultad, más que todo mental, para el personal del campo audiovisual es readaptarse a trabajar en equipo y en comunidad luego de un periodo de aislamiento tan extenso como el que hubo en Colombia. Mientras las personas detrás de cámara pueden mantener distancia social y los implementos como mascarillas y caretas, los actores no. Por el bien de la verosimilitud de la trama, la linealidad narrativa y los contextos de las historias, no todas las producciones podían incluir el COVID-19 en sus guiones. Esto implica que los actores han tenido que confiar en las pruebas negativas del virus y acercarse sin ningún tipo de protección, inclusive en escenas de contacto directo como besos o abrazos. El actor Felipe Iannini se enfrentó a esta situación cuando estuvo sentado al lado de otra persona: “En lo único que podía pensar era en mi familia y en el miedo de hacerles daño”. Entonces prefirió “perder unas semanas de la vida de [su bebé recién nacido]” viviendo en un hotel mientras terminaba de grabar sus escenas. Este es un asomo a la nueva “normalidad” del mundo audiovisual.
Si el mundo interno audiovisual está en un proceso ya avanzado de adaptación, el del consumo en salas va rezagado. La empresa colombiana de exhibición y distribución de cine más grande del país Cine Colombia implementó, en algunos lugares, la modalidad de autocine con el fin de mantener un flujo de ventas con la modalidad de “cero contacto” en la que todos los pagos de confitería y boletería se realizan en línea.
Cine Colombia y otras distribuidoras tienen la intención de abrir sus salas de nuevo, a pesar de los obstáculos con los que se han enfrentado. Principalmente los aforos y el