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Arte efímero: una opción para reactivar la cultura durante la pandemia
Por: Óscar Esteban Ramírez // Periodismo cultural
Desde junio y hasta diciembre se realiza en 26 ciudades del país “Interior/Exterior: intercambios artísticos en época de pandemia”, un proyecto del Banco de la República en el que cientos de obras de arte efímero incentivan la creación y la cultura.
En la fachada de una casa de Patio Bonito, al sur de Bogotá, una luz blanca dibuja una ventana. Es de noche, y en el fondo suenan los buses que frenan y arrancan. Un hombre se asoma por la ventana proyectada sobre los ladrillos crudos; a su lado, se enciende otra ventana y se asoma otro hombre. Los dos se miran después de un rato.
Es la videoinstalación Instrucciones para reafirmar, de Jonathan Chaparro, artista visual que hace parte del proyecto “Interior/Exterior: intercambios artísticos en época de pandemia”, de la subgerencia cultural del Banco de la República. Chaparro es uno de los 130 artistas participantes, y su obra, una de las 260 que aparecerán en 26 ciudades del país, durante el resto del año.
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Durante el confinamiento, miles de personas recorrieron desde sus casas museos como el Louvre, de París, o la Capilla Sixtina, del Vaticano. En Colombia, donde también se abrió el acceso a recorridos virtuales como el del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá (MAMBO), el arte efímero surgió como alternativa para que los artistas realizaran obras que pudieran ser contempladas por el público desde sus propias casas.
El proyecto del Banco de la República propuso una novedosa dinámica en el campo cultural colombiano. Los artistas, confinados en medio de la pandemia, realizaron obras en las fachadas de sus casas, bajo la única premisa de la reflexión acerca de los espacios interior y exterior, de lo privado y lo público. Se trató de obras fugaces situadas lejos de la institución tradicional del museo; estas, a su vez, proveyeron a los participantes de una manera distinta de crear e interactuar con los espacios.
Además, cada obra fue registrada como manual de instrucciones para que otros, deseosos, crearan una segunda versión en sus propias residencias. “Es un juego, es una manera de conexión en estos momentos en los que hemos tenido que estar tan separados, en los que no hemos podido encontrarnos. Es un lugar de encuentro a pesar de la distancia, en donde la creación y el arte estarán presentes”, reconoce Maria Willis, directora de la unidad de artes del Banco de la República.