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Jhoan Sebastian Cote Lozano -
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Agentes de la plata
Cuando se trata de perseguir un sueño, ¿Quién no hace lo que sea? En enero de 2015, dejé todo para ser jugador profesional de fútbol en Buenos Aires, Argentina. El agente que me llevó -Cristian Puentes- le dijo a mi familia que por seis millones de pesos iba a tener alojamiento, alimentación, entrenamiento y, lo más importante, pruebas con diferentes equipos de la ciudad. Todo eso durante un mes. Además, me aseguró que en dos semanas volaría para acompañarme y hablar con el Club Atlético All Boys, que supuestamente me iba a contratar a mí y a un compañero de equipo.
Ilustración: Natalia Latorre
Agencias que representan jugadores pueden llegar a cobrar diez millones de pesos en viajes a España bajo las mismas condiciones. Costoso, pero hay un contrato verificable y un acuerdo más formal en caso de irregularidades. La falta de tal registro es el blindaje de los estafadores.
Llegamos a un excelente centro deportivo en Canning, Ezeiza, allí, se forman jugadores profesionales de toda Latinoamérica. Dos semanas después, hablando con un futbolista colombiano de quince años que se hospedaba allí, bajo el sol del verano argentino, me enteré de que el costo mensual del lugar era de 1.200 dólares, es decir, tres millones de pesos entonces. Escuchar esto fue como un balonazo en la cara, se le pagó el doble a Cristian antes de viajar. De inmediato tomé el celular y le escribí una, dos, tres, hasta diez veces. Me bloqueó. Entonces, le pregunté a mi amigo, Jorge, cuánto había pagado por el viaje, a lo que me respondió: “No sé, Cristian me pagó todo”. Me utilizaron para vender a otro.
Sin embargo, eso no era lo más preocupante. Pasaron tres semanas, me quedaba solo una y no había probado ni con un equipo de casados. Le reclamé al director del centro deportivo y me respondió: “Eso no está dentro del servicio, ya veremos cómo te ayudamos Colombia”.