• Kevin Camilo Arias Morales -

'El motel del voyeur', una obra magistral de Gay Talese


Portada del libro "El motel del voyeur"

El motel del Voyeur es un libro escrito por el periodista y escritor estadounidense Gay Talese en el año 2016. En esta crónica-reportaje de 227 páginas, Talese narra la historia de un voyeur llamado Gerald Foos, quien, para poder consumar sus deseos de observar las vidas de las personas, más concretamente sus momentos íntimos, compra un motel llamado el Manor House, en el cual presencia, desde el desván, historias únicas, interesantes y que cambian la forma de ver y entender el sexo a lo largo de los años en Estados Unidos.

Este hombre contacta anónimamente a Talese para comentarle lo que ha hecho; así, con una intriga y un deseo a lo desconocido, o por lo menos a lo no corroborado, el periodista decide rectificar la información que Foos le

dio y viaja al lugar donde se encuentra ubicado el motel.

Allí se da cuenta que todo es cierto y descubre que el hombre fue testigo de un asesinato, la razón de su anonimato se hace evidente.

Luego de tres décadas, Foos decide publicar sin anonimato lo sucedido por medio de Talese; de esta manera, el periodista muestra una controversial historia que refleja como lo prohibido nos parece interesante y atractivo; como el peligro puede mover las fibras de una persona; y periodista puede cruzar ciertos límites por lograr conocer algo que no puede evitar.

El primer aspecto que me llamó la atención fue la forma en que la historia está narrada. En tanto se empieza a leer la historia, se engancha a su trama. Por el estilo detectivesco de la narración y la facilidad que cambia los tonos coloridos a grises de un momento a otro.

“Tras recibir esa carta, la dejé en reserva unos cuantos días, sin saber muy bien cómo responder, ni si debería hacerlo. Me inquietaba profundamente que ese hombre hubiera violado la confianza de sus clientes e invadido su intimidad.

Y al ser un escritor de no ficción que insiste en utilizar nombres auténticos en mis libros y artículos, supe enseguida que no aceptaría esa condición de anonimato, aun cuando, tal como sugería su carta, el remitente tuviera poca elección. (…)