A propósito de la cuarentena por el Covid-19, los fotoperiodistas de Directo Bogotá han aprovechado este tiempo en casa para retratar los objetos de sus hogares y las historias detrás de ellos. En esta entrega, un cuaderno.
Un exmatrimonio, su hija Diana, tres muchachos que tienen habitaciones arrendadas y yo conformamos mi familia de cuarentena. Todos compartiendo espacios, objetos, tristezas, frustraciones y pequeñas alegrías. Siete vidas intentando coexistir en una misma casa.
Un cuaderno viejo y olvidado fue la salvación de nuestra convivencia. Ya no se puede hablar de lugares seguros, pero se puede hablar de objetos seguros, este es el nuestro. Dicen que el papel aguanta todo y estas hojas sí que han aguantado. Le escribimos nuestras felicidades, como el día que jugamos hasta las dos de la mañana y destapamos regalos hechos por nosotros mismos. También guarda los momentos de tristeza, que son bastantes. Todos extrañamos a alguien, nos sentimos incompletos, anhelamos los besos y los abrazos, todo lo escribimos. Pero, sobre todo, este cuaderno consigna nuestra rabia contra las personas que no se quedan en sus casas, contra el Gobierno, contra el mundo o contra la persona que se comió el último pan de chocolate o el que dejó la música a todo volumen hasta media noche… Guarda todo.
Dicen que por estos tiempos da miedo la libertad, esto es lo más cercano que tenemos de esa palabra que ya empieza a sonar extraña.
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