Sofía Neira // [email protected]
Las obras de la Zona Rosa (Chapinero), que arrancaron el pasado 21 de febrero y se adelantan entre las calles 80 y 86 y las carreras 11 y 15, demorarán 15 meses más, según el cronograma del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU). El objetivo de los trabajos es mejorar la movilidad vehicular y peatonal, construir bicicarriles, renovar acueductos y alcantarillados, subterranizar redes eléctricas y mejorar la seguridad.
De acuerdo con el IDU, la comunidad ha tenido socializaciones que buscan involucrarla en este proceso. La apuesta de la Alcaldía de Bogotá, con la renovación de la Zona Rosa, “es convertir estas áreas en centros comerciales al aire libre con calidad peatonal, mejor iluminación, cables soterrados, cámaras, mayor vigilancia y mejor arborización. En el caso de la Zona Rosa, instalaremos contenedores soterrados”, declaró el alcalde Enrique Peñalosa recientemente.
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Más de 41 millones de pesos se le adjudicaron al Consorcio Avenida 82 para el diseño y construcción del proyecto. Paola Ardila, profesional social de la empresa contratista, afirmó que “el propósito principal es que la comunidad tenga un acceso más cómodo hacia la Zona Rosa”. Además, dijo Ardila, “se pretende en este contrato hacer la rehabilitación de redes secas y redes húmedas. Las redes secas es lo que corresponde a Codensa y Claro, y las redes húmedas es lo que corresponde a Acueducto y Alcantarillado. También se va a mejorar el mobiliario urbano”.
El IDU, junto con el Consorcio Avenida 82, tiene programado que las obras de la zona terminen a mediados de junio del 2020, dividiendo el proyecto en 56 ejes. Según Ardila, las obras tuvieron “una etapa de estudios y diseños previos que duró 12 meses. La etapa de construcción es de 16 meses”. Actualmente, se encuentran dos ejes de los trabajos abiertos: La Plazoleta de la calle 80 con carrera 9 y la Zona T (carrera 12a entre Calle 80 y av. Calle 82). Según el cronograma del IDU, estas zonas terminarían el 18 de este mes.
Impacto de las obras
A pesar de los beneficios que esto va a traer a futuro, los comerciantes aseguraron que se están viendo perjudicados por las obras. Alfonso Atuesta, submanager del restaurante Vapiano, afirmó que la Alcaldía de Bogotá socializó “todo el plan” de la obra y que “la mayoría de comerciantes estuvieron de acuerdo porque al final va a ser un beneficio. El problema es poderse sostener mientras está la obra”. Atuesta agregó que su establecimiento ha tenido “un bajonazo de un 25 por ciento” en las ventas.
Por su parte, José Riaño, administrador del restaurante Roxanne, también señaló que su local se ha visto afectado. Las ventas “han bajado considerablemente, la gente no se siente muy cómoda con la zona como está en el momento. Además, hay malos olores, ruido, tierra y es bastante incómodo para ellos”, manifestó Riaño.
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Las obras han traído un “impacto positivo y negativo”y la movilidad también ha resultado afectada. Los efectos “negativos surgen al iniciar una construcción porque se harán restricciones vehiculares y en esa medida los conductores se van a haber afectados”, expresó Ardila. También afirmó que se trata de mitigar estos impactos “socializando a la comunidad, previo a cualquier cierre vial para que esta se prepare, esté atenta y pueda coordinar su diario a vivir”.