Un ingeniero y una abogada que decidieron vivir de viajar

Catalina Londoño

Los blogueros de viaje tienen cada vez mayor acogida por el público y cumplen su sueño de trabajar viajando por el mundo. ¿Cómo llegan a esto? Dos influencers de Instagram le cuentan a Directo Bogotá su proceso.

Christian Byfield en África // Foto cortesía del Instagram del personaje

Preocuparse mucho por el futuro, seguir las métricas que impone la sociedad para ser exitoso o creer que la idea de dedicarse a otra cosa fuera de lo común es una locura o imposible. Todo lo anterior pasó por las cabezas de Christian Byfield y Marina Blanco, dos blogueros de viaje en Instagram que decidieron darle una vuelta a su vida.

Christian, por un lado, pasó por todos estos altibajos después de estudiar los cuatro años de ingeniería industrial en la Universidad de los Andes y comenzar su vida laboral en una banca de inversión. Aparentemente lo tenía todo: mucho prestigio, unos papás orgullosos, y una cuenta de banco saludable. Sin embargo, todo tomó un giro definitivo el día que, aburrido con lo que estaba haciendo, no pudo asistir al cumpleaños 60 de su padre porque según su jefe le afirmó él no era dueño de su tiempo. Aburrido, Christian retrocedió en el tiempo y recuerda el momento en que se sintió más activo e impulsado en la vida: viajando. Recordó sus 18 años cuando todavía era un adolescente, apenas comenzando su adultez, con un tiquete a Perú de regalo y su equipaje de mochilero en mano, “a partir de ese viaje me volví adicto a esto”, dice.

Marina, estudió y se graduó en Buenos Aires como abogada, ejerció su profesión durante algunos años en una compañía aseguradora, en un estudio jurídico y un fideicomiso bancario donde era bastante exitosa. Toda su vida le había apasionado viajar y comenzó a escribir un blog tiempos antes de renunciar a su trabajo. “Estaba ansiosa, tenía miedo y me sentía muy sola, necesitaba un espacio dónde canalizar eso y compartir mis anécdotas e historias de viaje comenzó a ser lo único que me motivaba y relajaba”.

En septiembre de 2014, Marina por fin se dejó de mentir y aceptó que lo que más quería hacer era viajar. Se fue de vacaciones sola a Brasil y conoció a un argentino que estaba dando la vuelta al mundo. Por primera vez empezó a ver y pensar que vivir de viajar era posible y que solo era cuestión de tomar la decisión y aceptar las consecuencias.

Ambos se quitaron el traje de oficina, empacaron sus mochilas de 14 kilos, vaciaron su cuenta de ahorros y comenzaron a darle la vuelta al mundo. Y así fue como llegó Christian a Etiopía, el primer país que visitó tras su decisión definitiva. “El miedo y la angustia de haber tomado una decisión tan radical eran más que la emoción y felicidad en ese momento”, y luego agrega: “pero llegué a un desierto poderoso donde se encontraba el volcán activo Erta Ale y me despedí de todos los temores que me atormentaban en ese momento y tomé el mando de mi vida”.

El Carmen, en Perú, fue el lugar que más marcó a Marina tras renunciar y emprender su nueva aventura que se terminó convirtiendo en su vida: “Un pueblo chiquito, a cuatro horas de Lima, formado por descendientes de esclavos africanos traídos en épocas de la colonia española –a lo que sigue describiendo– Calles angostas, casas humildes y un paisaje bastante aburrido. Pero con una humanidad increíble que me hizo caer en cuenta de lo que de verdad importa en la vida” y concluye: “Creo que es el único lugar, además de mi casa, al que volvería siempre”.

Tanto Christian como Marina seconsideran fotógrafos empíricos y resaltan que tener un blog de viajes va de la mano de buenas fotografías. “La fotografía de viajes, además de ser un recorrido visual del mundo, nos permite comprender su diversidad y grandeza; conocer su parte más linda y su parte más cruel”, dice Marina.Estas fotos fueron las que los llevaron a donde están ahora: unos influenciadores de viajes por medio de sus redes sociales, principalmente, Instagram. “Conseguir seguidores no es nada fácil, se necesita de ayuda por parte de otras páginas reconocidas que compartan el perfil de uno”, cuenta Christian.

El crecimiento que ha tenido esta comunidad de influenciadores de viajes, viene de la mano de las necesidades del público y lo que estos piden. Según la consultora Ipsos, más del 70% de viajeros alrededor del mundo se inspiran en perfiles turísticos de redes sociales para decidir dónde vacacionar. Se observa que la demanda de este tipo de perfiles crece cada vez más. Según esta misma fuente, el éxito de los influenciadores de viajes en Instagram se debe al increíble lenguaje visual que manejan en sus fotografías que es lo que captura a los espectadores.

Asimismo, Marina afirma que, por un lado, no es lo mismo buscar trabajo sin tener nada, que hacerlo con un blog de viajes que tiene una comunidad de más de treinta mil lectores, pero que es un proceso un poco lento, de tiempo y trabajo individual si uno quiere que prospere, “lo que sé, lo aprendí viajando, sola y a los ponchazos, como diríamos en Argentina.”

Hoy en día, Christian y Marina viven su vida en una aventura constante, tranquilos y contentos con su decisión de dejar atrás lo que tenían, por un sueño que parecía imposible y lunático. Ahora, pueden estar una semana esquiando en los andes de Chile y la otra en el Cabo de la Vela frente al mar Caribe.

DIRECTOBOGOTA.COM

Es un proyecto de la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana, dedicado al periodismo digital, la producción audiovisual y las narrativas interactivas y transmedia