Julio Andrés Artuz Valdivieso
La pandemia de la Covid-19 ha generado una gran crisis en el sector aeronáutico. Las aerolíneas han buscado solventarse, mientras que algunos Gobiernos buscan ayudarlas a pesar de las restricciones para reiniciar las operaciones. ¿Qué está sucediendo en este sector? ¿Cómo podrían retomar las operaciones aéreas?
Gran parte de las organizaciones empresariales y las industrias han aplaudido las distintas medidas que adoptaron los Gobiernos para luchar en contra de la crisis económica causada por la pandemia. Sin embargo, el sector aeronáutico no ha contado con tanta suerte y ha sido uno de los colectivos más afectados por la crisis debido a las restricciones impuestas por los Gobiernos para evitar la propagación de la Covid-19.
Este sector, que es un medio esencial para promocionar los viajes, el comercio y los lazos sociales y económicos a nivel mundial, se encuentra sumergido en grandes aprietos por los cierres indefinidos de las terminales aéreas. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la gran patronal mundial de las compañías de aviación, afirmó que las pérdidas para el sector del transporte aéreo de pasajeros rondan cerca de los 314.000 millones de dólares; esto supondrá una caída en las ganancias de las aerolíneas en un 55% con respecto al 2019.
Asimismo, la asociación predice que habrá una reducción de pasajeros del 48% con respecto al año pasado. La IATA hizo énfasis, por medio de un comunicado, en que el sustento de 65,5 millones de personas a nivel mundial proviene de la industria aérea y los sectores relacionados. Igualmente afirman que, si las restricciones de viaje se continúan extendiendo hasta el mes de julio, se perderían alrededor de 25 millones de empleos.
El consejero delegado de la IATA, Alexandre de Juniac, dijo que “no hay palabras para describir el impacto devastador por el COVID-19 en la industria de la aviación, ni el sufrimiento económico de 25 millones de personas que trabajan en empleos directos e indirectos de la industria de aerolíneas”. Para de Juniac, se debe “mantener la estabilidad de las aerolíneas y asegurar que estarán en forma para dirigir la recuperación cuando termine esta pandemia”. Sin embargo, esta misma organización dijo el pasado 15 de mayo que hasta dentro de cinco años no se generará una normalización en el tráfico aéreo mundial y, de la misma forma, que se originará un bache de grandes dimensiones hasta el 2025.
El problema se amplía pues las aerolíneas no pueden reiniciar sus operaciones debido a los estrictos confinamientos que han implementado algunos países. Además, una encuesta realizada por la misma asociación dice que el 59% de los viajeros no quieren volar si tienen que estar dos semanas encerrados en su destino. El rastreador de vuelos Flightradar24 mostró en sus más recientes estadísticas que para el 19 de enero se registraron un total de 104.487 vuelos comerciales, mientras que para el 17 de mayo sólo se rastrearon 29.708. Esto representa una reducción del 71,6 % en los últimos 120 días.
Andrés Moreno Jaramillo, economista y magíster en Banca, Mercados Financieros y Gestión Patrimonial, habló con Directo Bogotá y dijo que las aerolíneas siempre han sido sectores críticos porque los consumidores evitan el consumo de ciertos bienes y servicios al enfrentarse a una crisis económica. “Hay sectores defensivos como los servicios públicos o la alimentación, pero en situaciones económicas difíciles, las personas dejan de viajar”, afirmó.
¿Ya estás en nuestro Newsletter?
Toda esta situación tiene al sector sumamente preocupado, pues hay una gran pérdida de flujo operativo, poca capacidad para mantener las flotas de las aerolíneas (lo cual afecta directamente a las compañías de leasing y a los fabricantes como Boeing, Airbus y Embraer), pausa en las actividades de servicios aeroportuarios, reembolsos a clientes y grandes deudas de impuestos. Esta sería la mayor crisis que afronta el sector después de los atentados terroristas del 2001.
Por su parte, Avianca, la segunda aerolínea más antigua del mundo, suspendió las operaciones domésticas e internacionales, dejando en tierra a más de 130 aeronaves. Además, sus acciones en la bolsa cayeron y la depreciación del peso colombiano frente al dólar la tiene entre “la espada y la pared”, pues sus créditos fueron realizados en divisas y las ganancias que recibe son en pesos.
Además, el Gobierno colombiano cerró sus aeropuertos debido a la declaración de Estado de emergencia, lo cual impide el restablecimiento del sector aeronáutico en el país. En Colombia, se tiene presupuestado la culminación del confinamiento el 25 de mayo, sin embargo, la operación nacional sigue restringida al menos hasta julio, y la internacional hasta septiembre.
El presidente de la compañía Anko van der Werff dijo que tenía como única opción que el Gobierno colombiano le otorgara un préstamo argumentando que, en general, los Gobiernos están apoyando con liquidez a aerolíneas como Delta, KLM, American Airlines y Lufthansa. El debate se abrió en el país pues se afirma que Avianca ya no es 100% colombiana. Sin embargo, es generadora de 11.000 empleos directos y 6.000 empleos indirectos en el país.
Por su parte, el gobierno de Iván Duque dijo que se encuentra evaluando la posibilidad de ser prestamista para la compañía. Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda de Colombia, expresó en una entrevista con Blu Radio que el Ejecutivo “está examinando diferentes alternativas para lograr que eso salga bien en aras de proteger la comunicación aérea del país. Estamos mirando ser un pedazo de la solución a ese problema, en algún momento tocará meter plata tratando de garantizar que esta se use para proteger la comunicación aérea”. Sin embargo, la aerolínea decidió acogerse a la ley de bancarrota de Estados Unidos con el propósito de “preservar y reorganizar los negocios”. Según Avianca, este proceso tiene la intención de “favorecer la continuidad de las operaciones, preservar los puestos de trabajo y mantener la conectividad para los más de 30 millones de pasajeros anuales”.
La compañía dijo por medio de un comunicado que sus ingresos se han reducido en más de un 80% y que estaba lidiando con altos costos. El economista Andrés Moreno hace énfasis en que Avianca no debería estar pidiendo este tipo de rescates al Gobierno nacional pues en Colombia no hay una política de cielos abiertos que genere una competencia directa entre las aerolíneas. “Avianca cobra un vuelo Bogotá-Pasto como si fuera Bogotá-Miami. Esta aerolínea tiene temas pensionales, tiene sindicato, incluso tenía un aeropuerto casi exclusivo para ellos”, afirmó.
Asimismo, Moreno dijo que, si Avianca no sigue, alguien va a llegar a contratar a su personal, pues su equipo humano-técnico, su marca y conocimiento tienen un gran valor. Un piloto de la aerolínea Avianca, quien decidió no revelar su identidad, habló con Directo Bogotá acerca de la situación que viven los empleados de la compañía y manifestó su preocupación ante la condición económica a la que se afrontan sus compañeros de trabajo: “A nosotros ya nos dijeron que pasáramos una petición de licencia no remunerada. Daban la opción entre uno y seis meses, sin embargo, pasarla es voluntaria. Dijeron que cuando se normalice la situación van a ir llamando a los pilotos por antigüedad para retomar las labores”, afirmó. “Tengo un amigo que es cabeza de familia, tiene dos hijos y está sosteniendo su hogar con sueldo de copiloto; la tiene muy complicada. Apenas abran los vuelos, todo se va a demorar en volver a la normalidad”, agregó.
Latam LATAM Airlines, la compañía aérea más grande de Latinoamérica, redujo en un 90% sus vuelos internacionales y recortó el salario de sus empleados. Además, el pasado 15 de mayo confirmó el despido de 1.400 trabajadores en Chile, Colombia, Perú y Ecuador debido a la crisis. “Pese a todos los esfuerzos que hemos hecho por cuidar los empleos, nos vemos obligados a tomar esta difícil decisión. Los impactos del Covid-19 son profundos y resulta inevitable reducir el tamaño del grupo LATAM para proteger su sostenibilidad en el mediano plazo”, dijo Roberto Alvo, CEO de la firma, citado en un comunicado.
Santiago Álvarez, presidente de la aerolínea en Colombia, dijo a Reuters que tienen caja para operar entre tres a cuatro meses. “En general la compañía en caja está haciendo los esfuerzos para preservar lo que más puede, pero los niveles dan para un periodo corto”, aclaró. Por último, hizo referencia a que la empresa está en búsqueda de apoyos financieros, porque saben que en solitario no lograrían solventar la crisis en la que se encuentran inmersos.
Puede interesarte: ¿Nueva Zelanda eliminó la Covid?
Asimismo, Álvarez, en una entrevista con la W Radio, dijo que la recuperación de la compañía será difícil y tardará tiempo. Por eso expresó que es urgente una ayuda del Gobierno pues dependen de factores que no están en sus manos, como que se flexibilicen las medidas de confinamiento y que los viajeros recuperen la confianza. “Cuando hablamos de ayuda no estamos pidiendo que nos regalen nada, lo que tenemos que tener es créditos y relevantes en su suma, porque estas son compañías que por su tamaño consumen muchísima caja cada mes y estos créditos nosotros nos los estamos imaginando de largo plazo, 5 a 10 años, con periodos de gracia entre 6 y 12 meses y obviamente tasas de interés subsidiadas para que acompañen así este proceso de recuperación y podamos ir hacia adelante, poder seguir garantizando este servicio que al final es esencial para la sociedad”, aclaró.
En Chile, la aerolínea solicitó ayuda económica al Gobierno, la cual fue sumamente criticada por el ministro de Economía, fundamentando que la prelación del país es “mantener a las personas vivas”. En Ecuador, los aeropuertos han estado cerrados desde el pasado 17 de marzo por órdenes del Gobierno y el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito espera reanudar sus operaciones el próximo 1 de junio. En Perú, los aeropuertos están cerrados desde el 16 de marzo y aún se mantendrán cerrados por un tiempo indefinido. No obstante, la aerolínea continúa operando reducidamente en Chile y Brasil, mientras que a nivel internacional se opera con seis frecuencias diarias la ruta entre Santiago y Miami, y con tres frecuencias la ruta São Paulo y Miami.
Copa Airlines, la aerolínea panameña, dijo que puede no tener la liquidez suficiente para sobrevivir a la crisis causada por el coronavirus a pesar de haber reducido drásticamente sus costos. Sin embargo, la aerolínea aclaró que no ha solicitado ayuda económica al Gobierno panameño por 700 millones de dólares para afrontar la emergencia, tras la divulgación de una noticia falsa en las redes sociales. “La aerolínea lamenta que en tiempos en que el mundo vive la peor crisis de nuestra generación, se difundan noticias falsas que solo buscan afectar la reputación de la principal empresa de la industria aérea en Panamá, que contribuye con el 14% del Producto Interno Bruto del país y cerca de 240 mil empleos”, informó la compañía.
El director de la Autoridad Aeronáutica Civil de Panamá, Gustavo Pérez Morales, dijo que la suspensión de vuelos internacionales, que están prohibidos desde el 23 de marzo, irá hasta 22 de junio por razones de salud pública. Este anuncio genera cambios en el cronograma de Copa, quienes tenían planeado el reinicio de operaciones para el 1 de junio y para el aeropuerto Tocumen, principal hub de esta aerolínea. Trabajadores de la aerolínea han denunciado que, a pesar de que el Gobierno ha fomentado y priorizado el empleo, varios de sus colegas han sido suspendidos o removidos de sus cargos injustificadamente.
Marisol Quiroga, jefe de cabina de pasajeros de la aerolínea, vocera de la Asociación Colombiana de Auxiliares de Vuelo (Acav) y Vicepresidenta del Sindicato de Trabajadores del Transporte Aéreo Colombiano (Sintratac), dijo en un diálogo con la Revista Dinero que la aerolínea planteó una serie de medidas argumentando que necesitaba más apoyo por parte de sus empleados. Quiroga dijo que los trabajadores de la compañía presentaron una denuncia formal ante el Ministerio de Trabajo pues desean “que el Gobierno aplique sus garantías y vigile de cerca este tipo de comportamientos empresariales”.
Mientras que en América Latina las ayudas estatales han sido demoradas, denegadas o no han sido solicitadas, en Europa los Gobiernos han preparado auxilios urgentes para solventar la crisis en el sector aeronáutico. Lufthansa, la aerolínea más grande de Europa, tiene alrededor de 700 aeronaves en tierra y el 60% de sus empleados están en desempleo parcial a causa de la crisis. Además, la compañía advirtió que se está quedando sin efectivo y que no podría sobrevivir sin ayuda estatal.
Sin embargo, Lufthansa confirmó que está en constantes diálogos con el Gobierno alemán para negociar un rescate por 9.000 millones de euros, en el cual el Ejecutivo federal entraría a tomar una participación del 25,1 % en la compañía aérea. “La junta ejecutiva de Deutsche Lufthansa continúa las negociaciones con el objetivo de asegurar la futura viabilidad de la empresa en beneficio de sus clientes y empleados”, dijo la aerolínea. La canciller Angela Merkel, el ministro de Economía, Peter Altmaier, el ministro de Transporte, Andreas Scheuer, el ministro de Finanzas, Olaf Scholz y el CEO de Lufthansa, Carsten Spohr, mantendrán diálogos para buscar solución a la crisis, informó la agencia Deutsche Presse-Agentur. Lufthansa aseguró que el consejo de administración confía en que las conversaciones llegarán a un desenlace exitoso.
Por su parte, las firmas suizas Swiss y Edelweiss, las cuales hacen parte del grupo Lufthansa, cuentan con el compromiso del consejo federal suizo para ser beneficiarios de garantías por parte del Estado para el 85% de los préstamos por un valor de 1.500 francos (1.419 millones de euros). Iberia, la principal aerolínea de España, uno de los países más golpeados por la Covid-19, recibió la noticia de que el Estado le brindará apoyo financiero. Estas ayudas son similares a las que están haciendo otros países con préstamos para sus principales aerolíneas, como es el caso de Alemania con Lufthansa y Francia con Air France-KLM, a quien el Gobierno les aportará un “apoyo histórico” de 7,000 millones de euros para salvaguardar los impactos de la crisis. “Las ayudas serían en forma de préstamos blandos con las garantías del ICO y no implicarían, por el momento, entrada en el capital de la aerolínea”, afirmó el diario El País.
Además, dijo el diario, dichos préstamos serían facilitadores de ayudas directas posteriores del Estado si de esa forma se examina en el nuevo marco legislativo europeo. Según El País, la ministra española de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, señaló que “el transporte aéreo es clave para el turismo” y “las aerolíneas deberían recibir un apoyo específico con el fin de garantizar su viabilidad”. La situación es esperanzadora en España pues el ministro de Transporte, José Luis Ábalos, anunció que desde el pasado 18 de mayo están habilitados trece aeropuertos para la llegada de vuelos internacionales y aclaró que poco a poco el Gobierno permitirá la reapertura de otras terminales aéreas. Es así como el Gobierno español busca flexibilizar las limitaciones de circulación en el territorio, pero implementando las medidas de bioseguridad en los aeropuertos para evitar un rebrote por la Covid-19.
El Gobierno estadounidense había restringido los vuelos con la Unión Europea, lo que generó una gran deserción en el sector. En ese país, se registró una caída del 95% en las operaciones aéreas. No obstante, el gobierno de Donald Trump ha recibido fuertes críticas por la manera en la cual ha enfrentado la crisis y las pocas medidas de prevención que ha implementado, siendo su país el que registra la mayor cantidad de contagios.
Así se observa el espacio aéreo de Estados Unidos y el mundo el 18 de junio:
American Airlines informó que sus pérdidas netas son de US$ 2.241 millones, su peor registro desde la crisis financiera de 2008. Por su parte, Delta Airlines registró pérdidas netas en el primer trimestre del año por US$ 532 millones. United Airlines presupuestó pérdidas que oscilan entre los US$2.100 millones e informó que sus vuelos domésticos se redujeron en un 52%. Además, Alaska Airlines retiró de su flota 12 aviones Airbus como estrategia de recuperación ante la crisis e informó que han reportado pérdidas por US$232 millones. Sin embargo, el gobierno Trump anunció que brindará ayudas para el sector por US$25.000 millones, esto con el fin de proteger los empleos y evitar los despidos.
El secretario de Estados Unidos, Steven Mnuchin, les manifestó a las aerolíneas que el 30% de esta ayuda tendría que ser costeada por las compañías y que debían poner a disposición del Gobierno la participación en acciones. Ante el Senado, se debate la propuesta que examina la remodelación de las terminales aéreas para que se cumplan con los protocolos de distanciamiento social. Además, se discute acerca de los procedimientos que deberán tener las aerolíneas para retomar las operaciones.
Everett Kelley, presidente de la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales, el sindicato de trabajadores federales más grande del país, dijo en una conversación con varios legisladores demócratas que el uso de mascarillas para los pasajeros debe ser una “prioridad”. Por su parte, American Airlines anunció que tenía previsto reanudar parte de sus vuelos internacionales el 4 de junio, entre ellos a Cuba. No obstante, y teniendo en cuenta las regulaciones del Gobierno norteamericano, la aerolínea anunció que el viaje a la isla debe cumplir con alguna de las 12 condiciones permitidas, entre ellas visitas a familiares, reuniones profesionales o investigativas, actividades periodísticas o proyectos humanitarios.
¿Volverán a la normalidad?
La IATA reportó su preocupación ante la crisis aeronáutica y los estrictos confinamientos que han establecido los Gobiernos. Asimismo, afirman que las nuevas condiciones de viaje, como dejar asientos vacíos entre pasajeros, limitan artificialmente la capacidad de carga de la aeronave. “Para los aviones de turbohélice con una configuración de 2-2 asientos, podría implicar llenar sólo un asiento por fila a cada lado del pasillo. Si se considera toda la flota mundial de aviones, estimamos que tal distanciamiento social reduciría la capacidad de asientos reservables al 62% de la capacidad normal”, argumentaron. Además, hicieron énfasis en que la proporción de asientos ocupados es un factor determinante en el rendimiento financiero de las compañías aéreas, lo cual implicaría que probablemente se aumentarán las tarifas “en un entorno en el que se prevé que la demanda sea débil y lenta en recuperarse”.
El economista Moreno dijo que debido a la pandemia llegará una recesión fuerte, pero las aerolíneas no son un buen negocio para el Estado y no son monopolios, por lo cual van a priorizar a ciertos productos que dependen de su intervención como la educación, los servicios públicos o la salud. “El Gobierno tiene que subsidiar a las personas más necesitadas, no rescatar compañías de aviación. Pensaría que la solución es algún fondo de inversión privado, no los Gobiernos”, agregó.
La reactivación de las operaciones aeronáuticas trae consigo un reto muy grande para el sector, pues, según la consultora Ascend by Cirium, hay aproximadamente unos 17.000 aviones estacionados en los distintos aeropuertos en el mundo, lo que representa un 64% de la flota global. Será necesario de una planeación rigurosa de bioseguridad, mantenimiento de las aeronaves y la verificación de estándares de seguridad en los países para evitar un rebrote.
Las aerolíneas, ordenadas por las instituciones gubernamentales, tendrán que contar con rigurosos protocolos de limpieza y facilitación de elementos de seguridad para sus trabajadores. “Todo tiene que cambiar, nos tenemos que replantear temas como el volumen de pasajeros.”, dijo Santiago Álvarez, director de Latam Airlines Colombia a La W Radio.
Sin embargo, la gradual apertura del sector también dependerá de las restricciones que implanten los países. “Panamá, por ejemplo, ha dicho que reiniciará operaciones en junio y Latam, en Chile, dijo que empezará a volar en mayo algunos vuelos a Miami, y también están volando dentro del país. O sea, ya se están dando unos primeros pasos para reiniciar la actividad, pero obviamente todo dependerá de cada país”, le dice Rafael Echevarne, director de la división para América Latina y el Caribe del Consejo Internacional de Aeropuertos, a BBC Mundo.
También, y como se está debatiendo en el Senado norteamericano, se deben implementar estrategias para que se cumpla el distanciamiento social en las terminales aéreas. Sin embargo, John Holland-Kaye, director del aeropuerto de Heathrow, en Londres, le dijo a BBC Mundo que la idea del distanciamiento social en los aeropuertos es “ físicamente imposible”. Para Holland-Kayne, los aeropuertos deberán introducir medidas como revisiones sanitarias en las terminales para medir la temperatura corporal.
Igualmente, se debe establecer el uso de mascarillas de manera obligatoria, pues se ha demostrado que no todas las personas contagiadas presentan síntomas. Ciertas aerolíneas recibieron alivios por parte de sus Gobiernos, sin embargo, la reactivación del sector se enfrenta a múltiples desafíos, el escenario no es alentador y la recuperación de las pérdidas económicas será compleja. El tiempo sin operar será cada vez más amplio, los expertos dicen que después de esta situación volar no será lo mismo, motivo por el cual el próximo destino de muchas aerolíneas quizás será la quiebra.
Más: Argentina se debate entre la Salud y la economía