Por: María Camila Jurado, Sara Arbelaez y Andrés Triviño // Periodismo de opinión
La Covid-19 nos ha recordado a todos cuán vulnerable es nuestro mundo a las crisis repentinas y esta no solo es una sanitaria, también es económica, política y social.
Son más de 700.000 muertos en el mundo por el coronavirus y muchas de ellas han sido por causa de mandatarios incrédulos, negligentes y déspotas. La crisis que ha provocado la pandemia está retando a los gobernantes globales y se ha convertido en una dinámica generalizada en la que varios países no tomaron en serio la amenaza de este virus y permitieron que miles de personas fallecieran.
Al día de hoy, en medio de la confusión y la necesidad de adaptarnos a lo que estamos viviendo, todos los Gobiernos han tenido que tomar medidas para poder manejar la crisis. En este mundo siempre vamos a encontrar opiniones divididas, ideologías y pensamientos contrarios; por ejemplo, la línea tipo Bolsonaro, Andrés Manuel López Obrador, Trump y Erdogan que priorizan la economía por encima de la vida y ahora están viendo las consecuencias en sus países donde ya es incontrolable la propagación del virus porque le dejaron coger ventaja. De hecho, según la Fundación Internacional para la Libertad, hay “preocupación” por las medidas de algunos países que han “restringido indefinidamente libertades y derechos básicos” por medio del confinamiento de la población para contener la expansión de la enfermedad. A pesar de esto, hay otra línea con presidentes como Duque, LaCalle o Merkel, que tomaron las medidas exactas en el momento exacto, y por ende han logrado manejar con rapidez el problema.
Enfocándonos en Estados Unidos, este país se convirtió en el centro de la tragedia por culpa de su mandatario: para abril se registraron 22.100 muertes y ahora este país está por alcanzar una cifra de más de 130.000 muertes, todo esto por la lentitud de la Casa Blanca. Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU, admitió que la situación se hubiese podido controlar con las medidas de mitigación tempranas y no después de conocerse el primer caso de coronavirus. La falta de cobertura sanitaria y, además, el problema que su tuvo con las pruebas defectuosas en este país, hizo que todo se complicara y aumentaran los casos de infectados. Hoy los muertos son más de 162.000
Así mismo se ha puesto en entredicho la autoridad máxima en salud, la OMS, ya que la mayoría de los Gobiernos tomaron sus decisiones basándose en las recomendaciones de la organización. Sin embargo, estos últimos cuatro meses ha mostrado su ineficiencia -la OMS-, al dar datos erróneos, como asegurar que los tapabocas no servían para contener el virus; infundiendo el pánico, diciendo que el virus va a estar siempre entre nosotros y mostrando su falta de determinación, habiendo ignorado una alerta del virus en diciembre del 2019 por parte del gobierno taiwanés, entre otras acciones en las cuales se contradice y luego tiene que rectificar.
Es por esto que el manejo de la crisis sí depende en gran medida de los gobernantes. Por eso, por un lado, hay aquellos como Trump, para quien la pandemia es casi que un chiste o, por el otro lado, dirigentes como Duque, de quien se esperaba falta de toma de decisiones entre la opinión pública, pero que sorpresivamente ha actuado de manera eficiente y rápida, teniendo como resultado números favorables que dejan a Colombia en una muy buena posición con respecto a los países de la región.
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