Paula Sofia Reyes // [email protected]
Los países liderados por mujeres son los que han podido dar mayor respuesta a las restricciones necesarias para evitar un contagio masivo. Dentro de esos se encuentra Nueva Zelanda, que confirmó cero casos locales por varios días.
El nuevo coronavirus ha sido catalogado por la OMS como emergencia en salud pública de importancia internacional (ESPII). En todos los continentes se han identificado casos de contagio, en Nueva Zelanda se confirmó el primer caso el 16 de marzo.
El 26 de febrero, una mujer de 60 años llegó a Nueva Zelanda, proveniente de Irán con escala en Bali y la internaron en un hospital de Auckland, ciudad de la isla norte. La mujer presentó todos los síntomas de una posible enfermedad respiratoria (IRA). Tras conocer que sus resultados dieron positivos para la Covid-19, los funcionarios de salud pública neozelandeses empezaron el proceso de búsqueda y rastreo de las personas que se sentaron cerca de la mujer en el avión.
Las autoridades anunciaron aislamiento obligatorio durante 14 días a las personas que compartieron el vuelo EK450 de Emirates desde Teherán, y medidas como respuesta a la propagación masiva del virus, esto incluyó imposición de restricciones temporales a los viajes desde Irán, reforzar los cuidados sanitarios en los aeropuertos y no permitir ningún tipo de exención a los estudiantes extranjeros de China.
Justo antes de conocer el primer caso de la Covid-19 en el país, la primera ministra, Jacinda Arden, puso en marcha, el 13 de marzo, el plan de manejo de la pandemia que comparte con Australia: aislamiento para personas provenientes del exterior, aislar a los casos positivos y el rastreo de los contactos. El 19 de marzo, tras varios contagios importados y locales, la primera ministra, anunció el cierre de fronteras marítimas y aéreas.
Camila Cruz, una colombiana de 28 años que decidió irse a Nueva Zelanda a estudiar hace tres años y quedarse a vivir allá luego de terminar sus estudios, cuenta que “muchos turistas, personas que estaban de paso haciendo escalas en aeropuertos y estudiantes de intercambio, quedaron atrapados en la isla y el ambiente se tornó tenso, esto es un país pequeño, pero hay demasiado flujo de gente y los casos seguían creciendo”.
El 23 de marzo la ministra declaró nivel 4, es decir, nivel de emergencia durante las cuatro semanas siguientes, para ese entonces ya había 102 casos de contagio reportados y ninguna muerte. Las únicas personas que podían salir de casa, “debían ser aquellas que fueran trabajadores esenciales, en mi caso trabajo en un supermercado, entonces podía salir”, dijo Cruz. Los bancos cerraron y adoptaron medidas para hacer las peticiones por la Internet, los banqueros solo podían ir a trabajar dos días a la semana. “El servicio postal estaba funcionando (ya que) son trabajadores esenciales, el bus era una locura, acá se paga con tarjeta como el Sitp, pero no éramos más de 2 personas por bus” afirma Cruz.
El plan que la ministra adoptó fue el de “eliminación del virus” a diferencia de “mitigación”, el cual es el plan que siguen otros países. La ministra, en una emisión transmitida por televisión, dio las medidas que debían adoptar los supermercados; entre ellas, estaba instalar un vidrio alrededor de cada caja para evitar el contacto, entre caja y caja disponer una lámina para mantener la distancia prudente de dos metros.
Cruz dice “yo podía salir a caminar y hacer ejercicio, obvio la policía estaba rondando todo el tiempo, te vigilaban. Este es un país muy tranquilo en todo momento y durante esas cuatro semanas muchos más, ya daba miedo salir porque no veías a nadie, pero eso sí, la gente cumplió las órdenes desde un principio, acá la gente es muy consciente”.
Después de las cuatro semanas de cuarentena, los casos por contagio reportados eran menos, por ello decidieron bajar la emergencia a nivel 3. Algunas actividades se retomaron para ayudar a reactivar la economía. Las actividades escolares y comerciales debían esperar.
“Estamos abriendo la economía, pero no estamos retomando la vida social de las personas”, dijo la primera ministra. En consecuencia, los ciudadanos que se encontraban en Nueva Zelanda entendían que debían permanecer dentro de sus ‘burbujas’ para evitar la propagación masiva del virus.
A principios de año cuando se conoció sobre el virus, Nueva Zelanda y otros países asiáticos definieron cuatro niveles posibles como respuesta al brote. Cuando se empezaron a conocer los casos el 16 de marzo estaban en nivel 2 y para finales del mismo mes, el país ya se encontraba en el nivel 3 y para eventos sociales, nivel 4.
La directora general de salud en Nueva Zelanda, Ashley Bloomfield, dijo a los medios que “nuestro objetivo es el de romper la cadena de infección. Queremos hacerlo y si nos mantenemos en esta posición y somos rigurosos para hacer cumplir el distanciamiento físico, la eliminaremos”.
La decisión del Gobierno fue tomar a muchas personas, incluso sin síntomas, para poderlos aislar de los infectados y evitar el contagio. El objetivo del plan no era aplanar la curva epidemiológica sino eliminarla por completo y mantenerse así hasta que la situación a nivel mundial mejore.
Sin embargo, el Gobierno neozelandés explicó que las consecuencias económicas tras llevar a cabo este plan iban a ser negativas, pero no había otra forma de eliminar el virus y proteger la salud de las personas que habitan en el país. Según la primer ministra, la “afectación económica y social significativa” se podrán eliminar si logran dejar en cero el caso de contagios.
“El objetivo es garantizar que no se exceda la capacidad del sistema de salud mediante el fortalecimiento de las medidas de salud pública. Cuando los casos caigan, las medidas de salud pública pueden aliviarse ligeramente”, explicó Arden en una rueda de prensa explicando el plan de eliminación del virus.
La manera más fácil que encontró el Gobierno de la isla fue presentar el plan a través de un artículo, así sería más rápido que la gente tomara conciencia y se hiciera a la idea que este modelo durará por lo menos un año mientras se encuentra una vacuna o que no se esté en alerta de pandemia mundial.
Esta gráfica muestra el comportamiento del virus desde el primer caso de contagio hasta principios del mes de abril.
Semanas después, llegó el pico, pero se logró aplanar en cuestión de días gracias a la medida de eliminación que se tomó desde un principio. De esta manera, Nueva Zelanda se convirtió en uno de los primeros países en decir que superó el virus. Todo esto, sumado a la obediencia de las personas.
Camila Cruz explica que: “las personas acá son muy agradecidas por lo que uno puede hacer, entienden que hay cosas que se deben dejar de lado y el Gobierno actuó conforme a la preservación de la salud y evitar los contagios masivos. Supongo que sí, miraron la viabilidad económica, pero eso pasó a ser un segundo plano”.
El Gobierno neozelandés asumió su victoria frente al virus el 27 de abril, con tres días sin contagios locales, lo cual demuestra la eficiencia del plan. Desde el primer momento la primer ministra aclaró que esto no sería el fin, pero que es un gran ejemplo y que es la medida que todos los países deberían optar.
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Los medios de comunicación destacan el papel de la primer ministra. Esta noticia llevó a Nueva Zelanda a nivel 3 y podrán retomar, con medidas dadas por el Gobierno, las actividades para recuperar la pérdida económica provocada por el más estricto confinamiento de la historia de Nueva Zelanda.
A partir del 3 de abril, los nuevos casos confirmados se fueron reduciendo casi día a día hasta llegar a menos de diez por jornada) Incluso, el día 23 hubo cero nuevos contagios registrados. Esta gráfica explica los casos de la Covid-19 del 2 al 9 de abril, en donde se evidencia un descenso de casos confirmados en Nueva Zelanda.
La ministra dijo que “se está abriendo la economía, pero no la vida social”. A partir del martes 12 de mayo las personas pudieron retomar algunas actividades como: los servicios de atención médica y los servicios de educación no esenciales. Gran parte de las empresas pudieron reabrir, con las medidas necesarias, y algunos restaurantes pudieron funcionar bajo la restricción de mantener los domicilios, sin que sea obligatorio el cara a cara con las personas.
La restricción de los dos metros de distancia con otras personas se mantiene, no hay permisos para realizar reuniones con muchas personas, las actividades educativas no se van a retomar aún y los lugares comerciales como bares y centros comerciales tienen medidas. Una de las cosas que los neozelandeses no tenían previsto es el hecho de no permitir el flujo por las fronteras marítimas o aéreas de Nueva Zelanda.
Gran parte de la economía se ha visto afectada, pues es un país que se beneficia del comercio y el flujo que se da gracias a la entrada y salida del país por parte de las personas y comerciantes extranjeros. Las medidas del Gobierno son insuperables pues aún trabajan en el plan de “pruebas y rastreo de contactos” y la manera cómo se ha expresado a la prensa la ministra ha sido foco de elogios y aplausos, pues supo llevar la pandemia de manera correcta y sin apresurarse.
Nueva Zelanda fue uno de los países que tomó medidas tempranas para evitar la propagación del virus y así garantizó que las personas no se sometieran a una estricta cuarentena, como lo hace el mundo entero.
Podemos establecer una comparación con Colombia: Colombia es un país 10 veces más grande que Nueva Zelanda, por eso es lógico que tenga muchos más casos de contagio. Sin embargo, por la misma razón, Iván Duque, presidente de Colombia, debió tomar la misma acción y empezar con medidas estrictas para evitar la situación de actual de casi 2000 contagios diarios.
Por otro lado, el papel de la primera ministra fue fundamental para poder aplanar la curva en la isla. Las medidas fueron las adecuadas y la economía del país podrá ser recuperada en cuestión de meses. Gracias a dichas decisiones, Nueva Zelanda es uno de los primeros países, liderado por mujeres, que puede considerar “eliminado” el virus por registrar cero contagios locales durante varios días seguidos.
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