Leidi Asprilla – María Paula Forero //
La afirmación de que el Covid-19 surgió de un mercado de animales salvajes en Wuhan, China, todavía no parece ser tomado por verdadero por muchas personas. Por esta razón, el origen del virus ha sido sujeto de teorías conspiratorias. En este especial multimedia explicamos de dónde han surgido algunas de ellas y por qué el ser humano tiende a conspirar.
Desde que el Covid-19 empezó a llenar todos los medios de comunicación y se volvió un tema obligado de conversación, nos han surgido varias preguntas. En nuestro afán por saberlo todo, buscamos respuestas y se activa nuestro instinto de investigación, de acá surgen las teorías conspirativas.
La curiosidad es una característica natural del ser humano. Nuestra constante es hacer preguntas, indagar, saber el porqué de las cosas, nos mueve la intriga y el misterio. El coronavirus nos ha dejado en un limbo, en una incertidumbre sin un final concreto. El planeta tierra se ha pausado y a todos nos urge saber cuándo todo volverá a la normalidad. Por esta razón, nuestra mente necesita respuestas, encontrar el origen y quiere llegar al fondo de todo esto.
Las teorías conspirativas han acompañado al ser humano desde siempre. Se sustentan en alimentar el imaginario de que estamos siguiendo pistas y que estamos llegando a adquirir conocimiento secreto y prohibido. Empezamos a establecer relaciones y vínculos mentales que adquieren sentido en un mundo que se constituye desde la imaginación y las infinitas posibilidades. Esto nos brinda una pequeña sensación de seguridad cuando nos habita la incertidumbre y la impotencia, nos hace sentir que estamos retomando el control sobre la situación. Conspirar es un refugio.
Muchos de nosotros nos aferramos a una que otra teoría conspirativa: Que el hombre no llegó a la luna, que Paul McCarney fue remplazado por un doble, el efecto mándela, reptilianos, iluminatis, etc. El factor común que comparten parte de la desconfianza generalizada a la información pública, ya que se cree que siempre se está ocultando algo por parte del poder.
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Según Oscar Castillero, psicólogo redactor especializado en psicología clínica, afirma que solemos creer en estas teorías por cuatro motivos.
El primero es una diferencia a nivel perceptivo, ya que hay unas personas a las que se les facilita identificar patrones ilusorios y vincular elementos bajo la razón de causa-consecuencia. Implica que se tiene una mayor tendencia a conectar elementos y estímulos aunque se de forma aleatoria. El segundo motivo sería la necesidad de control y la intolerancia de la incertidumbre. Esto significa que en situación de crisis y cuando no nos convence la información que nos están brindando, necesitamos fuertemente mantener el control y manejar la incertidumbre. Luego, estarían los acontecimientos vitales y el aprendizaje, que consiste en que las experiencias personales que hemos vivido influyen en estos momentos de crisis, por ejemplo, si alguna vez nos hemos sentido defraudados por el Gobierno o algún dirigente, es más probable que sospechemos de estos y podamos creer alguna teoría que los involucre. Y el motivo final es una necesidad de distinción, que afirma que algunas de las personas que creen en las teorías conspirativas más locas puede ser por la necesidad, muchas veces inconsciente, de ser únicos.
Las pandemias que la humanidad ha tenido que afrontar, han tenido sus propias teorías conspirativas, gracias a que la información de una nueva enfermedad o virus siempre se obtiene de forma fragmentada y está vinculada a las investigaciones posteriores, así que este proceso de construcción de conocimiento da cabida a muchas preguntas que siempre podrán ser respondidas desde la imaginación:
En el siguiente video veremos algunas de las teorías conspirativas de tres pandemias que ha sufrido la humanidad:
Del coronavirus se han desprendido varias teorías conspirativas, y teniendo en cuenta que ahora pasamos más tiempo en redes sociales y esta es nuestra ventana hacia el mundo exterior, estamos más propensos a escuchar estas teorías y hasta creer alguna.
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Una de las teorías, afirma que la tecnología 5G de los celulares ayuda a transmitir el virus. Esta teoría surgió de la difusión de videos que muestran la quema de torres de telefonía en Birmingham y Merseyside. Se afirma que el uso de esta nueva tecnología afecta nuestro sistema inmune, lo que haría más propensas de contagiarse a las personas que usan G5. Luego, la teoría avanzó y se empezó a rumorar que esta tecnología también lograba transmitir, de alguna forma, el virus. Sin embargo, varios científicos y especialistas en el tema salieron a desmentir esta información, con reportes sobre como las frecuencias de 5G son de baja frecuencia del espectro electromagnético, así que no podrían intervenir en ninguno de estos procesos. Además, existe una contradicción muy grande, ya que esta teoría se hizo muy famosa en Reino Unido y allá aún no llega la tecnología 5G.
El magnate Bill Gates también se ha visto involucrado en estas teorías. En las redes sociales se han realizado más de 16.000 publicaciones que lo involucran con el virus. Todo esto surgió gracias a que el multimillonario ha hablado antes de que en el futuro existirían varias enfermedades infecciosas y llevó a afirmar que él había creado este virus, ya que la patente de la vacuna la tendría el Instituto Pirbright, institución a la que Gates ha donado fondos.
La teoría que más a adquirido fuerza en estos meses y la que parece tener más fieles consiste en:
Es inevitable la creación de teorías conspirativas, así que lo importante es recurrir a la información comprobada y no creer ciegamente en la información que hay en redes sociales, donde abundan las fake news. Por esta razón, se pueden consultar páginas como la de la Organización Mundial de la Salud y la del Ministerio de Salud para obtener información segura.
A continuación, un juego sobre estas teorías de conspiración que podrás compartir con amigos y familia.
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