El mariachi de los ausentes

Martha Sofia Sandoval Monroy

Entre alabanzas y música popular, el vivo le hace homenaje al ausente en el Cementerio Central de Bogotá. Fernando Bedoya es el mariachi que ambienta misas y canta rancheras frente a una tumba.

FOTO: Fernando Bedoya en el Cementerio Central de Bogotá con su guitarra.

La devoción a las almas, no solo se expresa con misas o rezos, también las rancheras y la música popular le dan vida al Cementerio Central de Bogotá.

Fernando Bedoya, es mariachi y trabaja en el cementerio como cantante desde hace 10 años. “Si son canciones cobro $3.000 o $5.000 por cada una, puede ser para un papá, una mamá, un hermano o para alguien que se quiera mucho, también el padre me paga $12.000 por acompañar la misa” dice el cantante de 42 años, nacido en Armenia, Quindío.

Es una tradición que responde a recuerdos o deseos de familiares que tienen la intención de mantener el legado y homenaje de ese ser querido, que ya no está.

Los fines de semana y los festivos, Fernando trabaja en el día como cantante en el Cementerio Central y en las noches como mariachi. Comenta que es más fácil y cómodo trabajar en el cementerio porque todos lo conocen y trabaja con todos los padres, además que es el más antiguo de los músicos, tiene sus propios clientes y en algunas ocasiones va a las casas de los familiares a cantar o acompañar algunas oraciones o misas; sin mencionar que, a diferencia del trabajo de mariachi, no tiene que lidiar con personas fuera de control, por el consumo de alcohol.

Fernando en el cementerio es llamado por su nombre, pero en Mariachis La Voz de Pénjamo, es llamado “Pulgarcito”, de cariño.

Las personas que van al cementerio para rezarle a sus muertos, suelen pedirle canciones a Fernando, además de las alabanzas. Sus letras no solo son de nostalgia y tristeza, algunas están llenas de energía y alegría, con el fin de recordar a ese ser que ya no está, en su mejor momento:

Antes de la misa, le dicen a Fernando al oído “tóquese esta que a él le gustaba” y él tiene la lista preparada para tocar lo que le piden en medio de la misa. “Pasa igual con el mariachi, a uno le piden una canción, entonces ya le toca a uno por obligación, piden: Con la Tierra Encima, música popular o rancheras, porque eso es lo que al difunto o a la persona le gustaba, también piden mucho el Feliz Cumpleaños y normal, como una persona que estuviera viva, se le canta el Feliz Cumpleaños, listo”.

Las canciones y las emociones son bastante nostálgicas, pero hay gente que hace recocha y alegra al ausente, se ríen. La música de los ángeles, que son los niños o los jóvenes, generalmente son canciones como Amigo, Adiós a un amigo o Yo te Extrañaré.

FOTO: Fernando interpreta sus canciones al lado de las tumbas.

“La música siempre ha sido algo que lo llena uno, le da alegrías, si a cierta persona le gustaba una canción, entonces eso lo satisface y le da calma, lo hace sentir mejor, es algo que llena a la persona en el momento, porque le da recuerdos del muerto” comenta el mariachi sobre la música y la muerte.

Tras recordar el funeral de su madre donde orgullosamente no desafinó, debido a que era su trabajo y su homenaje a esa persona que solía cantar con él, comentó con nostalgia “trabajar acá, yo le cuento, que a veces es difícil, es duro. Si es una mamá, pues con razón le llega a uno, porque yo sentí lo mismo y porque lo que estoy cantando también me llega a mí, recuerdo a mi madre.” Las festividades donde más se frecuenta el cementerio son el día del padre y el día de la madre, además del mes de diciembre.

Foto: Con su guitarra le canta a miles que ya no escuchan.

Fernando canta desde los ocho años y toca guitarra desde los 15, lo que comenzó como un hobby, se convirtió en su principal trabajo y su pasión. Canta con tanta emoción, que en una ocasión en Armenia, tuvo un encuentro lejano con la muerte por su voz. “Un día me pusieron un revólver en la cabeza. Estaba tocando en una presentación y llegó otra gente, me pusieron el revólver en la cabeza y decían que se iban a llevar el cantante y a quien no le gustara de malas, porque se lo iban a llevar. Yo les dije que cuando terminara, me iba con ellos sin problema, pero que guardaran eso, que evitaran eso, luego de un tiempo guardaron su revólver y se fueron”.

Foto: Además de su repertorio, Fernando entona algunas alabanzas.

El repertorio de Fernando se compone de las siguientes canciones: Con la tierra encima, Se me fue sin un adiós, Amor eterno, Por qué dios mío, Cruz de madera, La barca de oro y Nadie es eterno. Por otro lado, las canciones para los vivos del repertorio de “Pulgarcito” de Mariachis La Voz Pénjamo son: Mujeres divinas, El mariachi loco, Mamá, Mi querido cascarrabias, Mi viejo, Cuando quería ser grande, El hombre que más te amo. Sin embargo, hay muchas más y él está dispuesto a aprender cualquiera que usted le pida.

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Es un proyecto de la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana, dedicado al periodismo digital, la producción audiovisual y las narrativas interactivas y transmedia