Felipe Morales Sierra
El periodista brasileño dictó el taller de periodismo científico en el marco del Premio y Festival Gabo. Desde su experiencia como periodista de la revista Piauí, Superinteresante, además de su trayectoria como editor de Ciência Hoje On-line y su doctorado en Historia de la Ciencia compartió con los asistentes su postura sobre la importancia de cubrir temas de ciencia y cómo perderle el miedo a hacerlo.
Con el reciente crecimiento de grupos religiosos radicales, el ascenso de figuras políticas que legitiman posturas conservacionistas y creacionistas; así como la crisis económica que vive la ciencia, Esteves asegura que “el periodismo científico nunca ha sido tan importante”.
Para Bernardo Esteves, el ejercicio de la ciudadanía actualmente depende de que se tengan nociones básicas de ciencia. De lo contrario, ¿cómo se espera que el ciudadano trate determinados temas de la esfera pública (que no entiende), sino es confiando en lo que dicen los líderes de opinión?
“El papel del periodista es tornar interesante lo que es importante” agrega Esteves reorganizando a su criterio una célebre frase de un colega que asegura que el papel del periodismo científico es tornar importante lo que es interesante. Para explicar esto, el brasileño dice: “el sexo de los insectos puede ser interesante y, de hecho, se le ha dado mucha cobertura, pero, ¿tiene alguna relevancia?” Por el contrario, temas como el cambio climático, la contaminación en el aire, entre otros; pueden tornarse aburridos y el periodista debe rescatarlos, cualquiera que sea el lenguaje, haciendo lo que hace: contar historias.
El autor de Domingo é dia de ciência, dice que un periodista científico, además, juega un papel crucial para promover y veer la gestión pública. Esto significa que debe tanto llamar la atención a las entidades competentes de algún problema que ha pasado por alto, por cualquier razón, tanto como fiscalizar la administración de las políticas vigentes en temas ambientales, de salud, etc.
Así mismo, existen para él tres contribuciones básicas que conlleva el periodismo científico bien ejercido a largo plazo: ayuda a difundir y valorar la producción científica nacional, dándole una plataforma para darse a conocer; mejora la imagen de la ciencia y de los científicos sacándola de lugares comunes y espacios estereotipados y, por último, aunque suene reiterativo, mejora las decisiones públicas y la calidad del debate mismo.
Diagnóstico del periodismo científico actual
Esteves comenzó exponiendo las cuestiones relacionadas con ciencia a las que se da la mayor cobertura en medios:
- Salud: se destaca en la mayor parte de publicaciones, puesto que son temas que la audiencia relaciona directamente con su vida cotidiana.
- Resultados de investigaciones: la gente quiere escuchar qué es lo último que se ha inventado o descubierto en el mundo y los medios lo dan.
- Lo curioso, lo bizarro: de nuevo el sexo entre insectos y cosas similares.
Así mismo, hay una serie de carencias en el periodismo científico que Esteves expone de la siguiente manera:
- Todos los sectores de la sociedad no tienen voz: a la hora de construir historias relacionadas con ciencia, los periodistas recurren como única fuente a los investigadores y ni la sociedad civil, ni organizaciones sociales, ni el mismo gobierno están siendo escuchados.
- Dependencia de oficinas de prensa: la declaracionitis también afecta este tipo de periodismo, que a veces se queda en ruedas de prensa o, lo que es peor, en los cables que llegan de las ruedas de prensa.
- La división de los medios en secciones: aunque Esteves reconoce que es un mal necesario en la redacción, asegura que al dejar las noticias relacionadas con ciencia confinadas a una sección específica titulada ‘Ciencia’, la audiencia la pasa por alto.
El periodista llama la atención sobre una constante: hay una representación estereotípica de la ciencia. No todos los avances en ciencia los hacen personas de gafas y bata en laboratorios blancos; sus resultados no son verdades absolutas y sus métodos no siempre son legítimos.
Sin embargo, la gente piensa así, porque así se los han mostrado. Los medios han contribuido a la exotización de la ciencia, vaciándola de las incertezas, disputas y controversias que carga, y eliminando, de entrada, cualquier debate ético. Se cree entonces que el científico es un ente neutral, apolítico (además de hombre y blanco, pero esa es otra discusión) y que siempre su actividad es benéfica, por encima de todo.
El deber ser del periodismo científico
La revista indexada por excelencia, Nature, abrió el debate hace unos años sobre el rol del periodismo al cubrir ciencia. Cheerleader or watchdog? es un editorial que cuestiona si se debe hacer un periodismo que auspicie y celebre, cual porrista, el método científico y a todos los que lo practican o, si, por el contrario, debería ser un perro guardián que, con actitud crítica, dude de la ciencia y la ponga en jaque.
Para leer Cheerleader or Watchdog?, entra aquí
Para Esteves, que ha sido jurado del Premio Roche de periodismo de Salud, el periodista científico debe preocuparse menos por educar, traducir, seducir, chocar o maravillar a la audiencia y preocuparse más por informar, por contextualizar y por analizar lo que ocurre en la ciencia.
El periodista considera que no es imprescindible que quienes cubren estos temas tengan una formación científica, pero dice que es fundamental entender cómo funciona la ciencia para dedicarse a explicarla. Es crucial, para esto:
- Mantenerse informado, conocer qué se está investigando y qué se ha descubierto recientemente en revistas especializadas, congresos, medios internacionales, newsletters, metanoticieros, etc.
- Cultivar las fuentes, las relaciones con ellos y con su trabajo
- Conocer bien su medio y su público para saber qué clase de historia se puede contar y cómo.
- Dominar el inglés, ya que es el idioma en que suele encontrarse la mayoría de la información.
Para hacer la reportería
Esteves también estuvo en ‘Periodismo de tú a tú’, una sección del Festival en la que los periodistas explicaron cómo hacen lo que hacen. Allí recomendó tener en cuenta lo siguiente cuando se esté construyendo una historia en periodismo científico:
- Buscar la pluralidad de voces: como se mencionaba anteriormente, es crucial que en la historia no hablen solo los científicos, pues es válido cuestionar sus intenciones, su financiación, la aplicabilidad de un estudio en otro contexto, etc.
- Buscar reportajes anteriores: esto puede dar luces de qué enfoque darle a la historia para contar algo distinto o incluso puede dar ideas de fuentes de autoridad en la materia.
- Buscar orientación a científicos del área: es válido, repitió Esteves una y otra vez, no manejar los términos y el argot de determinada área, consultar otros científicos.
- Wikipedia: ‘es el mejor lugar para empezar una investigación, pero el peor para terminarla’, sentenció el tallerista. Esta enciclopedia en línea ofrece muchísima información de la cual se pueden sacar ideas para una nueva historia, pero no recomienda buscar allí precisiones a la hora de redactar.
Así mismo, a la hora de entrevistar a un científico, Esteves recomienda comenzar dejando claro lo que el periodista sabe y no sabe, con el fin de que el entrevistado tenga una idea de por dónde comenzar a explicar. En el mismo orden, aconseja pedirle “al científico que le explique como le explicaría a su abuela“. Al culminar la entrevista, Esteves siempre interpela con un “vamos a ver si entendí bien…” y pone en sus palabras lo que acaba de escuchar, usando metáforas y analogías.
Para redactar la historia
Además de los consejos que dan cualquier aula de periodismo (un buen comienzo para captar al lector, jerarquizar las ideas, usar analogías y escribir claro y preciso, etc.), Esteves aporta uno nuevo, en una clase de periodismo donde evitar la jerga es indispensable: “todo lo dicho [por usted o por sus fuentes] siempre se puede decir de una manera más sencilla”.
Humor y periodismo científico no parecen ir bien en una misma frase. Sin embargo, para Esteves el humor es una herramienta que resulta familiar y cercana, causando el mismo efecto sobre temas que pueden parecer distantes.
Por último, el periodista recomienda poner las conclusiones de la investigación en perspectiva, con miras a un futuro cercano, cuidándose de causar falsas esperanzas en el lector. Esto se logra, agrega, “dejando claro el camino entre los resultados y su incidencia en la vida cotidiana“.