A sus 73 años, el reconocido exsenador aspira a llegar a la alcaldía, con la convicción de la capital necesita atender, como prioridad, a las 2,5 millones de personas que comen menos de 3 veces al día. Esto le contó a Directo Bogotá.
Por Mateo Arango López
Fotografías Equipo de comunicaciones Dignidad y Compromiso
Entre los edificios negros y grises que se observan a ambos lados de la carrera séptima de Bogotá, hay una casa de tres pisos pintada de morado y vestida de carteles que dicen “Dignidad y compromiso”, “Alcalde Robledo”. Es la sede de campaña para la alcaldía de Jorge Enrique Robledo, cinco veces senador de la república. El morado que toma como color de campaña, y que luce en su chaqueta, representa la dignidad, el pacto nacional y el respeto.
Robledo, de 73 años, nació en Ibagué y es arquitecto de la Universidad de los Andes. Su primer cargo político fue el de concejal de Soacha, entre 1974 y 1976. Después se radicó en Manizales, donde vivió durante 30 años. Allí ejerció como docente de la Universidad Nacional y secretario regional del Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR) en Caldas. Con ese partido, lideró varios movimientos con pequeños campesinos del departamento que lo llevaron a lanzarse a la Gobernación. Aunque no ganó, consiguió un puesto para el MOIR en la Asamblea de Caldas, que lo avaló para que se lanzara al Senado.
En su primer periodo como Senador -entre 2002 y 2006-, fue un furioso opositor del gobierno del entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez. Robledo fue un crítico a iniciativas como el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos. En sus años como Senador, llevó 150 debates de control político. Su liderazgo en el Congreso lo llevaron a ser el senador más votado en las elecciones de 2014, en la que obtuvo 191.910 votos.
Jorge Enrique Robledo, como candidato a la alcaldía, promete cero tolerancia a la corrupción, mejor manejo de los recursos del Distrito y cordialidad y buenas relaciones con otras entidades políticas relacionadas con la alcaldía. Un vistazo más detallado a su programa de gobierno denota ayudas a la seguridad, oferta estudiantil y transporte. Temas que, por su relevancia para los jóvenes, serán centrales en esta entrevista.
Directo Bogotá: Doctor Robledo, ¿cuáles son sus principales propuestas frente a la educación en Bogotá?
J.E.R.: Vamos por partes. Eso me gusta. En educación, uno siempre tiene que hacer como un diagnóstico para poder dar una solución a todo eso. Entonces, el mayor lío ahora que tenemos en Bogotá -o no el lío sino la realidad- es que hay muchas cosas de la educación en Bogotá que, si no las arregla el Distrito, no las arregla nadie. Por ejemplo: la Universidad Distrital tiene un déficit de 70 mil millones de pesos; si eso no lo asume la Alcaldía, esa universidad siempre va a estar cojeando y resulta que a esa universidad la única plata que le entra para su funcionamiento es del Distrito, porque es una universidad del Distrito. Las otras universidades que hay en Bogotá tienen otras fuentes de ingresos y de cosas y eso no es problema nuestro. Entonces esa es una realidad, yo solo voy a atender eso.
En la básica y en la media tenemos un problema gravísimo: el 80% de los colegios públicos de Bogotá no tienen jornada única, sino doble jornada. ¿Eso qué quiere decir? Que ese 80% de los colegios, cuando los muchachos que estudian en ellos se gradúan, habrán dictado 15.000 horas menos de clase que los de jornada completa.
Yo voy a hacer un esfuerzo por multiplicar por dos el número de colegios de jornada completa: eso se hace construyendo colegios, dificilísimo, pero es la única manera en que aseguramos que los muchachos salgan con el nivel más alto de formación. De lo contrario, no van a entrar a la universidad, o no van a conseguir empleo, que es lo que les pasa. Y Bogotá tiene un problema muy grave de debilidad de la educación pública de lo que podemos llamar antes de empezar la básica. En la educación de la primera infancia y los jardines [infantiles] es muy flojo lo que tenemos. Entonces debemos avanzar mucho, porque en el mundo de hoy el que no empiece a estudiar, casi que “desde que nace”, está frito. O sea, mis hijos están en instituciones educativas desde que nacieron, y mis nietas ni se diga, y a eso no tienen acceso un número inmenso de bogotanos y bogotanas.
DB: Durante el periodo de su alcaldía, ¿cuánto espera invertir en educación?
J.E.R.: Eso exige estudios de mucho detalle que en una campaña no se alcanza a hacer. Yo funciono con una lógica: a lo que le haga una propuesta específica, es porque le he hecho estudio económico y se puede hacer, pero eso no me alcanza para cubrirlo todo. Entre otras cosas porque, digamos, la economía colombiana está cayendo. Este año va a caer duro: la inflación va a ser del orden del 12% del crecimiento al orden del 2%. Eso lo que quiere decir es un retroceso en términos reales. Entonces vamos a ver exactamente cuántos recursos tenemos. Pero lo que sí tengo claro es cuál es la política y lo que yo quiero hacer. Pero ya llegará el momento de hacer el presupuesto.
Fotografías Equipo de comunicaciones Dignidad y Compromiso
En cuanto a la educación, pretende ampliar la cobertura del programa “Jóvenes a la U” y complementarlo con unos bonos, ¿en qué consiste esto?
J.E.R.: Con Jóvenes a la U tenemos una realidad que hay que respetar. Yo aspiro por lo menos a mantener los compromisos que ya están asumidos y ya veremos qué más hacer.
Y lo de los bonos que ha mencionado: eso es para un programa distinto. Eso es de la Secretaría de Cultura, que es como un subsidio: aquí necesitamos crear más espectadores de los espectáculos y de los museos, de las obras de teatro, de todo. Entonces, vamos a subsidiar que la gente vaya más.
DB: Su programa explica que usted, además, va a reducir el costo de las tarifas del transporte público, ¿cómo va a lograr esto?
J.E.R.: El pasaje cero, sí. Digamos primero esto: hay un problema grave en los muchachos que no tienen con qué pagar los pasajes. En Bogotá hay 2.5 millones de personas que están haciendo menos de tres comidas al día, entre esos muchos jóvenes. Y, de otra parte, hay una cantidad de gente que camina distancias muy largas, entre esos muchos jóvenes estudiantes, porque no tienen con qué pagar el pasaje. Tal vez el problema más grande de movilidad que tiene Bogotá es este, porque si la gente no puede ni salir de su casa…
Me decía un médico que muchas consultas médicas se pierden porque la gente no tiene con qué pagar el pasaje. Es así de grave. No olvidemos una cosa: siempre que se habla de pasaje, hay que multiplicar por dos, porque hay que ir y luego volver. Entonces el pasaje cero es el ideal. Eso no lo discute nadie. Pasaje cero es ideal, como un derecho. Entonces la única discusión que me han planteado es cómo se financia.
Yo digo -esto lo he estudiado con especialistas o sino no lo habría planteado- que hoy el Distrito, Bogotá, subsidia el 55% del costo de los pasajes de todo el sistema de movilidad, de los pasajes públicos. Nos hace falta el 45% ¿Yo qué planteo? Que ese 45% lo ponga el Presupuesto Nacional. Y cuando uno mira el monto, a pesos de hoy, ese subsidio es del orden de unos tres billones de pesos. Resulta que Bogotá le pone a la Nación entre 65 y 70 billones de pesos al año y les estamos hablando de unos tres billones. O sea, a mí no me pueden decir que se va a quebrar el Estado por eso. La nación solo le devuelve a Bogotá, en cosas que nos financia, unos cinco billones al año. Entonces ahí está la financiación:
que no quieran es otra historia. Pero aclaró un asunto: si la propuesta de pasaje cero es subiendo las tarifas de la luz, entonces que no haya pasaje cero, pero yo voy a estafar a la gente diciendo que vamos a darles pasaje cero mientras con la otra mano les saco la plata del bolsillo: eso es falta de seriedad absoluta.
DB: ¿Cómo va a garantizar que los jóvenes se muevan seguros por andenes y cicloinfraestructura de calidad?
J.E.R.: Vamos a hacer todo el esfuerzo por arreglarlas, sobre la base de un presupuesto. Yo no hago demagogia, entonces vamos a ver cómo hacemos para hacer las cosas de una mejor manera. De entrada, cero tolerancia en mi gobierno con la corrupción, con el derroche, con la politiquería, con el clientelismo, con todas esas vagabunderías.
Yo voy a gobernar bien y eso nos va a liberar un montón de recursos. Pero siempre vamos a tener un presupuesto estrecho, entonces tendremos que ser muy inteligentes en cómo hacemos las cosas para que nos rinda de la mejor manera. Pero claro, esas ciclovías tenemos que reservarlas. Por ejemplo, yo llego a la alcaldía y hago un plan de choque para tapar huecos. Es que los huecos se nos volvieron un lío distinto: antes de las motocicletas, a usted un carro se le iba a un hueco y se le dañaba el carro; ahora se están matando los de las motos. Los motociclistas los llaman los huecos asesinos. Entonces yo voy a hacer un plan de choque en ese tema de tapar huecos y huecos y huecos, además de otras muchas cosas que hay que hacer sobre las vías de Bogotá.
Su programa busca colaborar con la Policía, ¿qué va a hacer para mejorar la seguridad que brindan a los ciudadanos?
J.E.R.: Yo voy a hacer un esfuerzo muy grande. En este tema he tenido asesorías de militares de muy alto nivel, de policías de muy alto nivel, que me han explicado que hay una situación de desgano en la Policía. Muchos se quieren salir; otros no quieren entrar, etcétera. Entonces voy a aplicarme yo, personalmente, como comandante de la Policía, en acuerdo, por supuesto, con los altos mandos de esa institución. Hay ver cómo le mejoramos el ánimo a los policías, su actitud de enfrentar su trabajo, que es muy duro, que es mal pago, etc. Voy a buscar estímulos. Por ejemplo, en mi administración habrá un subsidio a los arrendamientos: cinco mil van a ser para los policías.
Fotografías Equipo de comunicaciones Dignidad y Compromiso
DB: ¿Puede decirnos algo más que lo destaque para que los jóvenes voten por usted?
J.E.R.: En el tema ambiental todos estamos en una coincidencia, que hay que cuidar la estructura ecológica principal: los cerros, el Río Bogotá, la Van der Hammen. Yo estoy de acuerdo con eso. Pero hay algo que estoy diciendo, que sí que se nota en lo ambiental: no hay una sola Bogotá, hay por lo menos dos Bogotás. Aquí donde nosotros estamos [cra 7 con 55] es la parte de Bogotá que se parece al mundo moderno, a los países, las ciudades del mundo moderno. No es igual, aunque se parece. Pero es un pedacito de Bogotá…. El resto tiene unas condiciones terribles de pobreza, de todo tipo de problemas, y una de las cosas donde es más notorio es que hay muchos barrios de Bogotá donde un niño, para ver un árbol, tiene que ir a otro barrio. Yo voy a hacer una ofensiva en el terreno ambiental para crear zonas verdes y parques por las zonas de Bogotá en donde no los hay. En un proceso que será largo. O sea, haré un gobierno de cuatro años, con la esperanza de que el alcalde que siga haga otro esfuerzo de cuatro años, y algún día -así sea dentro de 50 años-, tengamos una Bogotá que sea verde en todos los rincones de la ciudad. Que la gente sencilla también tenga derecho a una zona verde, a un parque.
Yo tengo una ideas muy enfocadas en las condiciones de vida de la gente sencilla; no quiere decir que no voy a estar muy atento también a las mejores cosas que podamos hacer en los barrios, digamos, de estratos más altos.
Entonces, por ejemplo, vamos a aumentar el número de metros cúbicos que el distrito entrega gratuitamente a los estratos 1 y 2, y vamos a sumar también al 3. Es un programa que ya existe, pero vamos a aumentar el número. Duplicaremos el número de comedores comunitarios para la gente más pobre de esta ciudad, que si no se come una comida caliente ahí, no come nunca una comida caliente. Vamos a hacer un programa muy serio de subsidios a los arrendamientos, con la condición de que sean en barrios de autoconstrucción.
Haremos un estudio muy serio y muy cuidadoso de los riesgos altísimos de sismo resistencia contra terremotos que tenemos en una parte muy grande de Bogotá. Yo soy arquitecto, fui profesor. He estado hablando con mis amigos de Manizales que son especialistas en sismos, y los riesgos de Bogotá son miedosos, sobre todo en las zonas donde no hay arbolitos. Ahí vamos a hacer un esfuerzo muy grande.