Indira Córdoba // Noticia
1 de jun de 20175 min.
Sergio Ocampo Madrid, Fernando Quijano, director del diario La República, y Víctor Saavedra, ex viceministro de Educación // Feria Internacional de Libro // Fotografía tomada por Indira Córdoba
En el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá tuvo lugar el evento académico titulado “Postverdad, estudios de caso: ideología de género y plebiscito”. Estaban presentes Víctor Saavedra, ex viceministro de Educación, Fernando Quijano, director del diario La República, y Sergio Ocampo Madrid, quien se encargó de moderar.
Saavedra habló sobre la ideología de género, ya que fue la persona que manejó el tema de las cartillas y sobrellevó junto con Gina Parody las consecuencias que este episodio trajo, como la votación en el plebiscito, tema del que después habló Fernando Quijano.
El núcleo del debate fue el papel que jugó la postverdad en ambos casos.
El ex viceministro comenzó su intervención hablando sobre una clase que tuvo en Harvard llamada “Cómo liderar sin ser asesinado”, la cual consistía en que cuando una persona empuja mucho un sistema, este reacciona. Lo puede hacer de forma literal, asesinándolo, o de forma figurada, cuando la persona es expulsada del sistema. Afirmó que actualmente todo proceso informativo está sujeto a las narrativas que ahora no solo construyen los medios de comunicación, sino de las que se crean a través de las redes sociales y de lo que la gente quiere publicar. Es aquí, precisamente, donde se cocinó la falsedad de las famosas cartillas.
Según Saavedra, en este caso la narrativa y la postverdad que se construyeron se resumen en que Gina Parody, a través del sistema educativo, estaba fomentando la homosexualidad, lo cual causó el asesinato figurado, que resultó en su salida del Ministerio de Educación y posteriormente en la renuncia de Saavedra. Inclusive, aclaró que para la ex Ministra nunca fue una prioridad el tema de la ideología de género, pues dentro de sus estrategias administrativas no se encontraba la de educación sexual.
Continuó hablando del concepto de orientación sexual, ideología de género, sexo y cómo estos términos se han introducido en diferentes países como Estados Unidos. Agregó que en Colombia en el 2013 se expidió la ley 1620 del Sistema Nacional de Convivencia Escolar, con el fin de abolir el matoneo en los colegios y quitar todo tipo de discriminación. Así la Corte Constitucional introdujo estos términos para garantizar la no exclusión. También dio ejemplos de varios colegios en los que mediante el manual de convivencia discriminaban por orientación sexual en esta época.
Aunque para Gina Parody la educación sexual no fuera un tema en su agenda ministerial, tuvo que empezar a pensar en la ideología de género y su inserción en la educación. Y evocó una frase suya: “para mí el acto más importante para garantizar la igualdad en Colombia, es el hecho de que yo soy una ministra homosexual”.
Con las Naciones Unidas se realizaron unos talleres en los colegios para revisar los manuales de convivencia, en los cuales se utilizaron las famosas cartillas, que en realidad eran un proyecto de educación sexual para la construcción de ciudadanía y apenas unas guías sobre cómo construir los manuales de convivencia de los colegios.
Es entonces cuando la diputada Ángela Hernández, hace un debate y dice que en los colegios se está implantando una ideología de género y que Gina Parody está imponiendo las costumbres de la comunidad LGBT. Esto se fue divulgando a través de las redes sociales y allí entró a jugar la postverdad.
Para concluir su intervención, el ex viceministro manifestó que la construcción de esa narrativa hubiera sido imposible sino se hubiera asociado a la imagen y orientación sexual de Gina Parody y del mismo modo a la utilización de contenidos e imágenes falsas a través de redes sociales.
Para continuar, Sergio Ocampo Madrid introdujo la intervención de Fernando Quijano, para mostrar que la otra víctima de la postverdad, aparte de Gina Parody, fue el proceso de paz y con ello las votaciones del plebiscito. A esto añadió que los grupos cristianos pusieron un millón de votos por el no, con lo cual la narrativa construida alrededor de las cartillas jugó en contra de la paz.
Quijano inició mostrando la entrevista en La República a Juan Carlos Vélez, gerente de la campaña por el No. Con las respuestas que dio Vélez en la entrevista, quedó claro que dicha campaña fue la más barata y efectiva, pues solo requirió de 1.300 millones de pesos. Del mismo modo indicó que el mensaje publicitario se basó en la indignación. Por el contrario, la del Sí tuvo su fundamento en la esperanza. Además aceptó que durante la campaña se tergiversaron los mensajes, lo cual directamente significa admitir una construcción de postverdad.
Después de escucharse parte de la entrevista, Quijano explicó que hicieron ese trabajo porque su periódico siempre busca el lado económico de las noticias y Juan Carlos Vélez precisamente manejó la campaña del No y con ello su presupuesto y financiación.
En la sala se encontraban varios periodistas en formación y periodistas veteranos, por lo que Quijano aconsejó tener siempre evidencia de todo lo que se está informando y asegurarse fuentes veraces.
Para él, el sesgo del garciamarquizmo (todos quieren ser como Gabriel García Márquez) y el de la judicialización de contenidos ha hecho que el periodismo caiga en la trampa de la postverdad. De igual manera, la mala utilización de las fuentes y abuso del uso de los porcentajes está dejando colar muchas intenciones mentirosas. Y nadie se preocupa por saber si la información que entregan los porcentajes realmente es verídica; solo la difunden y ya. Entonces, según él, el antídoto para la postverdad es preguntarle a las fuentes de dónde se están sacando esos datos y así poder verificar su veracidad.
Sergio Ocampo Madrid intervino para completar diciendo que entre el reportero y la fuente hay un pacto de que lo que cuenta la fuente es verdad. Antes de introducir de nuevo a Víctor habló de los eslóganes, frases cortas y efectivas, contra las cuales, según él, es muy difícil luchar, ya que son frases que tienen resonancia y son claves en el fenómeno de la postverdad. En el caso que le compete a Víctor Saavedra esta frase era "van a volver homosexuales a los niños”. ¿Cómo la educación puede combatir la postverdad?, le preguntó al ex viceministro.
Víctor Saavedra afirmó que no tiene una respuesta concreta para esto y que quien se piense la manera de contestarla, tendría que ganarse el premio Nobel y se remitió a Álvaro Uribe como un genio de las comunicaciones, por saber entender e interpretar al país de ahora, e hizo la invitación a los jóvenes de que construyan mensajes efectivos a medida que el país va cambiando.
Ocampo volvió a intervenir para preguntarle a Quijano por qué Juan Carlos Vélez admitió tantas verdades. Y, con miedo a politizar la mesa de debate, preguntó si se puede desdeñar una fuente como la de Álvaro Uribe, que es una figura pública de primer orden y un líder de opinión.
Quijano concluyó afirmando que estamos en una era en la cual hay mucha competencia en cuanto a la información; el mundo está sobreinformado y es precisamente ahí donde está el reto de las actuales facultades de comunicación, que deben adoctrinar verdaderos periodistas, que se formen y estudien adecuadamente. Continuó diciendo que los periodistas deben ser rigurosos a la hora de mirar de dónde sacan sus fuentes para que los consumidores de información crean en estas.
La sociedad moderna necesita que los periodistas se conviertan en curadores de información, en personajes doctos y formados para que la gente crea en la información que consume. Procurar y comprobar que las fuentes sean verídicas. Los periodistas deben convertirse en un filtro por el cual pase la información y de ellos salga lo cierto y no darle cabida a la postverdad.
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